SECRETOS DE
LA INDUSTRIA DE LOS BEBÉS ABORTADOS
Fetos abortados están siendo diseccionados vivos,
almacenados y vendidos en piezas para alimentar una vasta empresa de
investigación.
El doctor entró en el laboratorio y colocó un perol
de acero en la mesa. "Aquí tiene unos buenos ejemplares", dijo. "Gemelos." La
ayudante miró a un par de fetos perfectamente formados, de unas veinticuatro
semanas, que se movían y boqueaban en busca de aire. Excepto por unos pocos
cortes de las tenazas quirúrgicas que les había extraído, parecían intactos.
"Hay algo equivocado aquí," tartamudeó la ayudante. "Se están moviendo. Yo no
hago esto. No está en mi contrato." Ella vió al doctor tomar una botella de agua
esterilizada y llenar el perol hasta que el agua cubrió las bocas y narices de
los bebés. Entonces ella abandonó la habitación. "Yo no quería mirar a aquellos
fetos moviéndose," recuerda. "Fué entonces cuando decidí que aquello no estaba
bien."
La ayudante de laboratorio utiliza el pseudónimo
"Kelly". Da la espalda a la cámara, lleva una peluca, y su voz está
electónicamente modificada pues dice que teme por su vida. Hasta hace unos pocos
meses, Kelly trabajaba para una empresa de Maryland llamada "Anatomic Gift
Foundation". Su trabajo consistía en conseguir tejidos de fetos para la
investigación. Ella trabajó en una clínica de planificación familiar que era
también miembro de la "National Abortion Federation". Su entrevista apareció en
el número de Mayo de 1999 del vídeo-magacín "Life Talk", el primero de una serie
mensual de videos realizada por "Life Dynamics Inc.", un grupo pro-vida
establecido en Denton, Texas, que admite tener espías trabajando en clínicas
abortivas para descubrir sus secretos más estrechamente
guardados.
Esta semana el grupo está publicando las evidencias
documentales que ha reunido desde que Kelly se les acercó casi dos años antes.
"Life Dynamics" tiene docenas de notas de pedidos de investigadores, solicitando
partes fetales, listas de precios para órganos y tejidos fetales, y formularios
de consentimiento de donación para mujeres que van a abortar. Todo ello facilita
un horrible vislumbre de un vasto tráfico de tejidos humanos de bebés que son
abortados, y algunas veces diseccionados en vivo, para saciar la fulminante y
multimillonaria industria biotecnológica.
El tráfico en tejidos se extiende por todo el mundo
dentro de respetados y autorizados laboratorios. La investigación misma es
usualmente para laudables fines, desde ayudar a los niños prenatales a
sobrevivir hasta curar la enfermedad de Parkinson. Pero el tráfico, de miles de
millones, provoca muchas preguntas de carácter ético: ¿Algunos seres humanos
están siendo matados para beneficiar a otros? ¿Están siendo explotadas las
mujeres para sostener los bancos de tejidos? Quién se está beneficiando de este
tráfico? ¿Y cuáles son las implicaciones sociales de su
existencia?
Materia una vez de la barata ciencia-ficción, los
clones humanos, las matrices artificiales y los cruces de las especies humana y
animal son ahora serias posibilidades. La procreación asexuada es ya una
realidad con la fertilización in vitro. La reproducción selectiva de seres
humanos es habitual gracias a la selección de embriones y las "interrupciones
genéticas". Y los trasplantes de células cerebrales en seres humanos tiene
financiación gubernamental. Todos estos empeños cuentan con los fetos
abortados.
Los científicos han usado tejido fetal en la
investigación al menos desde los años treinta, dice la investigadora de
Pittsburgh Suzanne Rini, autora en 1993 del libro "Más allá del aborto: Una
crónica de la experimentación fetal". Hace treinta años, cuando las leyes sobre
el aborto se estaban relajando y algunos abortos en el segundo y tercer
trimestre de gestación se estaban realizando por histerectomía (esencialmente,
una cesárea), los experimentos sobre fetos vivos eran tecnología de vanguardia.
Geoffrey Chamberlain recibió un premio profesional por una investigación
(bosquejada en la edición de Marzo de 1968 de "The American Journal of
Obstetrics and Gynecology) en la cual tomó fetos abortados vivos, los adhirió a
una placenta artificial, los perfundió para ver si podía hacerlos vivir, y luego
los tiró. Nadie objetó nada.
Fue poco después de este artículo, señala Mrs. Rini,
cuando el "Cambridge Evening Post" presentó una historia sobre Lawrence Lawn, un
físico quien se las arregló para provocar controversias cuando se supo que se
estaba surtiendo de fetos vivos de una clínica privada para abortos. "Nosotros
estamos simplemente permitiendo que algo que está destinado al incinerador,
beneficie a la Humanidad," dijo, complaciendo a un fotógrafo con un retrato de
él mismo en pie cerca de un agonizante feto suspendido en un tanque de
perfusión. Sin embargo, aún el Dr. Lawn creía que había límites. "Por supuesto,
no soñaríamos con experimentar con un niño viable. No consideraríamos que esto
estuviese bien."
Con la legalización del aborto en los setenta, la
investigación fetal se convirtió, en palabras de un moralista, una "oportunidad
dorada" para los investigadores. El público casi nunca oye nada acerca de la
experimentación fetal. Pero hacia los ochenta, algunas de las más macabras
investigaciones estaba siendo financiadas públicamente. Mrs. Rini relaciona
experimentos, desde la perfusión de atravesados corazones palpitantes de fetos
con adrenalina y cafeína, hasta trasplantes de tejido ocular e injertos de piel.
El Dr. Bernard Gondos de la Universidad de Connecticut en Farmington, en cuya
investigación sobre gónadas fetales se describió la mayor parte de sus
ejemplares como "previable muerto", lamentó tener que importar fetos de fuera de
Estados Unidos. La Dr. Karen Holbrook de la Universidad de Washington recibió
una beca de 239.740 dólares en 1984-85 por su trabajo sobre "Biología de la piel
fetal" usando fetos de uno, dos y tres meses. Ella dijo a Mrs. Rini:
"Dichosamente no han nacido vivos. Es mejor evitar eso. La piel es tomada
después de la muerte del feto." Interrogada sobre si las enfermedades de piel
que ella estaba tratando de diagnosticar prenatalmente eran fatales, Dr.
Holbrook replicó, "No, pero arruinan tu vida."
Hacia los ochenta los trasplantes se habían
consolidado, y el tejido fetal, que crece rápidamente y tiene menos facilidad
para provocar una reacción inmunológica en un receptor, fué cada vez más
codiciado. Trasplantes de tejido fetal se convirtieron en parte de los esfuerzos
para tratar la diabetes, la enfermedad de Huntington, ceguera, daño de la médula
espinal, enfermedad de Parkinson, leucemia y más. En 1988, el Presidente de
Estados Unidos George Bush prohibió la financiación federal de trasplantes desde
fetos humanos a seres humanos. Esta acción fué generalmente confundida con una
prohibición de toda investigación sobre tejido fetal; de hecho, la mayor parte
de tal investigación continuó sin impedimentos.
En cualquier caso, el primer acto oficial de Bill
Clinton como Presidente en 1993 fué anular la prohibición. La gente estaba
pidiendo ser tratada con fetos. La abogado de California Joan Samuelson había
fundado la "Parkinson Action Network" (PAN) en 1990 para presionar por un fin de
la moratoria. "¿Levantar la prohibición nos salva a tiempo?" preguntó cuando fué
abolida, y comenzó a presionar por un intensivo y subvencionado proceso de
evaluación de la investigación en trasplantes de tejidos fetales.
Los trasplantes de tejido cerebral de fetos tempranos
(usualmente abortos de menos de diez semanas) en los pacientes de Parkinson han
atraído la máxima atención pública hacia la investigación de los tejidos
fetales. En 1990 los resultados de los trasplantes del equipo de investigación
de Olle Lindvall en cuatro pacientes suecos fueron aclamados como "prometedores"
debido a que un receptor pareció haber mejorado notablemente. Los otros
pacientes no fueron controlados el tiempo suficiente como para determinar los
efectos de los injertos.
Los descubrimientos de los neurocientíficos
presentados en el "XIII International Congress on Parkinson's Disease" en
Vancouver el mes pasado, sonaban optimistas, pero sus datos no eran el golpe
final que los investigadores de Parkinson habían estado esperando. Thomas
Freeman de la Universidad de South Florida informó que 360 pacientes habían
recibido trasplantes de tejido humano en 17 centros en el mundo hasta la fecha.
Pero las variables que los investigadores utilizan para evaluar el éxito
difieren tan ampliamente que no son comparables; de forma que él se centró sobre
los resultados de su propio "proceso público" sobre seis pacientes, que admitió
estaba expuesto a los efectos placebo y a las predisposiciones del observador.
El único estudio hasta ahora de trasplante de tejido
fetal realizado con un grupo de control fué publicado en Abril por Curt Freed de
la "University of Colorado" y Stanley Fahn de "Columbia Presbyterian". Ellos
vigilaron dos grupos de pacientes: aquellos que efectivamente recibieron células
neurales de fetos y aquellos que tenían sus cabezas dispuestas a una operación
simulada, en un intento de descartar el efecto placebo. Aunque el "Medical Post"
encabezó la historia de la investigación "Progreso en el Parkinson", y el "New
York Times" proclamó "Indicios de éxito en los trasplantes de células fetales",
el Dr. Paul Ranalli, un profesor de neurología en la "University of Toronto",
definió la investigación como "enormemente insignificante". Los únicos
beneficiarios fueron pacientes por debajo de los sesenta años, señala, y la
inmensa mayoría de los pacientes de Parkinson son personas mayores. Aún en
aquellos casos, añade, "lentes de aumento se necesitan para apreciar alguna
mejora funcional."
Lo que es más, el Dr. Fahn dijo en el congreso de
Vancouver que el estaba desconcertado por una inesperada consecuencia del
proceso: movimientos involuntarios de los músculos faciales, que eran
particularmente severos en los pacientes más jóvenes. Otros investigadores
habían señalados similares descubrimientos, dijo el Dr. Freeman. Como con las
drogas, podía haber una dosis en la cual las células fetales "pueden ser
perjudiciales," dijo.
Procedimientos sobre más pacientes de Parkinson
ayudarán a clarificar estos descubrimientos. El Dr. Freeman dijo a los
asistentes que Canadá está liderando la carrera en estos experimentos,
principalmente en el laboratorio del Dr. Ivar Méndez en "Dalhouise University",
en Halifax. El Dr. Méndez, que declinó una entrevista la pasada semana, recibió
una beca de 90.042 dólares de la "Medical Research Council of Canada" para
1999-2000. Se esperan en breve sus datos sobre trasplante.
En el advenimiento del nuevo milenio las células de
embriones están en la vanguardia de la investigación del tejido fetal. Los
moralistas están ya distinguiendo entre usar embriones humanos "sobrantes" de la
fertilización in vitro y embriones humanos creados específicamente para la
investigación. Los embriones "cultivados" son capaces de diferenciarse en muchos
tipos de tejidos y están siendo proclamados como nuevas fuentes de órganos
enteros para donación, y de clones humanos.
Por luminosa que toda la investigación pueda parecer,
otros aprecian una lado oscuro. No hay ninguna ley sobre recogida de tejido
fetal, solamente pautas. Los investigadores son libres para observarlas o
ignorarlas. Y donde las leyes existen -tal como aquellas contra el infanticidio
y la venta de tejido humano- hay caminos para evitarlas, y algunas veces son
transgredidas abiertamente.
Kelly explica que la clínica abortiva de
planificación familiar donde ella estaba trabajando recibió unos honorarios de
servicio de la "Anatomic Gift Foundation" por sus "donaciones" de tejidos.
"Nosotros nunca fuimos empleados de una clínica abortiva," ella explica.
"Nosotros teníamos un contrato con una clínica abortiva que nos permitía
entrar... para conseguir tejido fetal para la investigación. Nosotros debíamos
coger una lista creada cada día para indicarnos qué investigadores de tejidos,
industrias farmacéuticas y universidades estaban interesados. Entonces debíamos
ir y mirar los gráficos de paciente. Debíamos rechazar a cualquiera que tuviese
STDs o anomalías fetales. Tenían que ser los más perfectos ejemplares que
pudiésemos dar a los investigadores por el mejor precio al que pudiésemos
vender." Probablemente, sólo un 10% de los fetos eran rechazados por anomalías,
ella añade. El resto eran "donantes saludables."
Los fetos oscilaban en edad desde siete semanas hasta
30 semanas y más. Habitualmente, Kelly recogía tejido de 30 a 40 fetos "tardíos"
cada semana. "Estábamos recogiendo ojos, hígados, cerebros, timos, y
especialmente sangre cardíaca... aún sangre de los miembros, que debíamos coger
de las venas," ella añade.
Los investigadores utilizaban sus propias firmas de
transporte: "UPS, Fedex o un correo especial," añade. "Nosotros debíamos colocar
aquello en una caja y facturarlo como carga normal. Algunas veces podía ser un
feto íntegro o podía ser una colección de ojos o 30 a 40 hígados saliendo ese
día, o timos. Cualesquiera fuesen, había cantidades masivas saliendo." Para
apoyar esta denuncia "Life Dynamics" aporta copias de docenas de notas de pedido
de partes fetales efectuadas por investigadores de Norteamérica. Contienen
nombres de investigadores, universidades y compañías farmacéuticas, números de
teléfono para el día y la noche, números de albaranes, el tipo de tejido
requerido, edad de gestación de los fetos preferida, y otros detalles.
Un ejemplo: un científico estudiando la
"Caracterización bioquímica del colágeno del ser humano tipo X" pide "Pierna
intacta entera, incluir la cadera entera, 22-24 semanas de gestación." El
extractor es aleccionado para "diseccionar cortando a través de la sínfisis
pubiana e incluir la cadera entera. Extraer del cadáver fetal dentro de los 10
minutos."
Una nota de pedido lleva el nombre del Dr. Vanugram
Venkatesh de la "University of British Columbia" al lado de una petición para un
transporte internacional Fedex de "pulmones de 16-24 semanas (la tráquea no es
necesaria)" para estudiar "los mecanismos moleculares de la reabsorción de
fluido en el pulmón fetal humano." "Indicación: Síndrome del agotamiento
respiratorio... principal causa de muerte en niños prematuros." El memorandum
añade: "Incluyan en nuestra cuenta".
Contactado la pasada semana en su oficina de
Vancouver, el Dr. Venkatesh dijo que él investigó sobre pulmones inmaduros hace
dos años, con una beca del "Medical Research Council", en el "B. C. Children's
Hospital". Pero añadió, "Ya no hago eso." Preguntado si él utilizaba tejido
fetal, replicó, "Yeah", luego pasó a otra cosa. "Bien, nosotros estamos haciendo
genética preferentemente... ¿Dónde ha conseguido usted esa información? Nosotros
estamos usando cadenas celulares." Preguntado si había pedido pulmones de fetos
a Estados Unidos, dijo: "Tengo que irme," y colgó abruptamente.
"Estos investigadores no desean ver el bebé entero,"
dice Dzintra Tuttle de "Life Dynamics" "Esto es horrible. Podría impresionarlos.
Piensan que están relacionados con una más alta medicina, que es servir una
causa, nada que ver con bebés muertos."
En su video, "Life Dynamics" pregunta a Kelly si los
abortistas en la clínica alguna vez alteraron deliberadavmente la tramitación
para conseguir el tejido. "Sí," replica. "Todos los pulmones, los brazos, la
cabeza, la cavidad torácica, nunca estaban dañados. Estaban completamente
intactos. Algunas veces, el feto parecía estar muerto, pero cuando se abría la
cavidad torácica se podía ver al corazón latiendo."
La clínica utilizaba la técnica del aborto por
nacimiento parcial para embarazos avanzados: el doctor agarra la pierna de un
feto con tenazas y saca el bebé entero, excepto la cabeza, fuera de la madre,
los pies primero y la cara hacia abajo. Luego perfora la base del cráneo con
tijeras, inserta una cánula y succiona el cerebro, y luego extrae la cabeza. Es
un procedimiento de tres días, requiriendo que a la mujer se le aplique
laminarias, algas dilatadoras del cuello del útero, con
anticipación.
¿Algunas mujeres fueron coaccionadas en el
procedimiento? Kelly dice que algunas veces, antes de la cirugía final, "se
podía claramente oirlas en las salas diciendo que querían cambiar de decisión.
Pero eran sedadas, en lo que Kelly llama un "sueñecito" que hacía difícil
protestar. Algunas veces se acortaba el gota a gota; en cualquier caso, la mujer
siempre abortaba.
Rutinariamente, las mujeres debían entrar en período
de parto antes de la cirugía final. "Ellos estaban saliendo vivos," dice Kelly.
Además del incidente con los gemelos, dice, hubo de tres a cuatro nacimientos
con vida en un período de tres a cuatro semanas. "El doctor o bien les rompía el
cuello o tomaba un par de tenazas y básicamente golpeaba al feto hasta
matarlo."
Por incríble que el testimonio de Kelly parezca,
otras fuentes lo corroboran. Eric Harrah trabajó en la industria abortiva
durante 11 años, abandonándola hace 18 meses. Dirigió y fué dueño de 26 clínicas
abortivas americanas. Los nacimientos con vida, declara a "Life Dynamics", eran
el "sucio pequeño secreto" de la industria." "Era siempre muy perturbador, de
forma que el doctor debía tratar de ocultarlo al resto del personal," dice, pero
un incidente es difícil de olvidar para él.
La mujer en cuestión estaba encinta de 26 semanas.
Tenía introducidas laminarias, firmó papeleo dando su conformidad a no llamar a
nadie sino a la clínica si ella entraba en período de parto, y fué enviada a un
motel carretera arriba para esperar su turno al día siguiente. Ella fué
conducida a la clínica en medio de la noche, llevando su feto en una toalla de
algodón del hotel.
"Yo estaba en el cuarto de fregado cuando vi moverse
la toalla," dice Mr. Harrah. "Una enfermera dijo, "Eric, usted está lógicamente
cansado. Son las tres de la madrugada." Entonces ambos miramos y un bracito de
bebé asomó de la toalla y se estaba moviendo como el de un bebé recién nacido.
Grité y salí afuera. El doctor entró y cerró la puerta y cuando volvimos de
nuevo adentro para tratar al bebé en la clínica dentro del laboratorio, tenía
una herida de perforación en el pecho."
La evidencia de la demanda de tejido de fetos
avanzados tiene más confirmación que la de "Life Dynamics". "The National
Institutes por Health" dirige un "Laboratory for Embryology" en la "University
of Washington" en Seattle que tiene un servicio de recogida en las 24 horas en
las clínicas abortivas. Un aviso en Marzo de 1994 todavía aparece en Internet,
ofreciéndose para "suministrar tejido de normales o anormales embriones y fetos,
de tiempo de gestación entre 40 días y desarrollo completo, a elección. Los
ejemplares son obtenidos en los minutos siguientes a la extracción... e
inmediatamente tratados de acuerdo a las necesidades de los investigadores
individuales... Los ejemplares son enviados por transporte rápido.
Mark Crutcher, presidente de "Life Dynamics", está
ahora convencido que la demanda de órganos de fetos de gestación avanzada es la
verdad oculta detrás de la controversia sobre los abortos por nacimiento
parcial. Estado tras estado este año, las prohibiciones del aborto por
nacimiento parcial escritas en leyes estatales por asambleas legislativas han
sido vehementemente atacadas por grupos pro-aborto y anuladas por tribunales.
"¿Por qué los abortistas luchan tan duro para conseguirlo?" pregunta Mr.
Crutcher. "Todo indica que no debes matarlos con este método. Nada impide
conseguir cualquier otra clase de aborto. Todo esto ocurre porque se maximizan
los beneficios. Primero, se vende a la mujer un aborto. Luego, se vende el niño
muerto que se ha sacado de ella. Pero hay que sacarlo entero o no se tiene nada
para vender."
"Esto no tiene nada que ver con el derecho a escoger
de las mujeres o con proteger la santidad del derecho al aborto," está de
acuerdo Mr. Harrah. "Tiene todo que ver con proteger la santidad de la plenitud
de la cartera de los abortistas. Este es el único tipo de procedimiento de
aborto en que no les cuesta deshacerse del niño muerto. Ellos, de hecho, hacen
dinero."
¿Además de los abortistas y los vendedores al por
mayor que trafican con partes de bebés abortados, quiénes se benefician de esta
investigación fetal? Sobre si las compañías farmacéuticas patrocinan esto, Mr.
Crutcher dice: "No creo que haya alguna que no esté comprometida." El conjetura
que están invirtiendo en futuros. La gente del "baby boom" está envejeciendo y a
punto de desmoronarse. Un práctico tratamiento para Parkinson sería lucrativo.
"Miremos justamente al "Viagra", dice Mr. Crutcher. (Solamente en Canadá, se
sirvieron 20.600 de la pequeña píldora azul para la impotencia, importando 1,55
millones de dólares en la primera semana en el mercado) "Esta es justo una señal
de la existencia de fortunas esperando que los fabricantes de drogas se ocupen
de satisfacer a los del "boom" en su búsqueda de la juventud. Se trata de la
generación más saludable de la historia del mundo. Y también la más narcisista.
Desean vivir para siempre." Y los fetos son el nuevo material humano de desecho.
Dice Mr. Crutcher: "Nosotros estamos matando a los muy jóvenes para tratar a los
muy viejos."
Quizás, pero Mrs. Rini ofrece la esperanza de una
arruga en el plan. "¿La energía de los fetos, que es codiciada por los
investigadores, y su capacidad para proporcionar vida a otros, irónicamente,
pero realmente, no prueba su propia vida?" escribe. Cita al moralista Paul
Ramsey: "Lejos de resolver el aborto la cuestión de la investigación fetal,
podría ser que una serena reflexión sobre el uso de fetos humanos en la
investigación pudiera perturbar la costumbre del aborto."
Steven Bamforth es un genetista que dirige un
repositorio de tejido fetal en la "University of Alberta Hospital" en Edmonton.
El y sus investigadores tienen la difícil tarea de clasificar completamente
restos fetales de 10 a 12 semanas de las clínicas abortivas en Edmonton y
Winipeg, diseccionar partes reconocibles de los cuerpos como corazones y ojos,
extraer ácido ribonucleico y enviarlo a otros genetistas en las Universidades de
Toronto y British Columbia. "La Humanidad está siempre ante nosotros," dijo el
Dr. Bamforth a este magacín el pasado año. "Si la sociedad dice que esta
investigación no es aceptable, por supuesto, nosotros desistiríamos
inmediatamente. Esto no es algo que hagamos nosotros con
gusto."
Competencia a muerte
Un reluciente folleto a todo color invita a los
abortistas a "averiguar cómo usted puede convertir su decisión de paciente en
algo maravilloso." Está impreso por "Opening Lines, A Division of Consultative
and Diagnostic Pathology, Inc.", traficante al por mayor en partes fetales
provenientes de clínicas americanas. Trabajando desde un despacho en West
Frankfort, Illinois, el director de la compañía, Dr. Miles Jones, se beneficia
de un tremendamente lucrativo tráfico. Su actual lista de honorarios ofrece ojos
y oidos por 75 dólares y cerebros por solamente 999 dólares.
"Opening Lines" fué fundada en 1989 para "maximizar
la utilización de tejidos fetales frescos tratados por nosotros". Ofrece a los
investigadores "la más alta calidad, el más más asequible y el más fresco tejido
fetal preparado para sus proyectos y entregado en las cantidades que usted
necesite cuando usted lo necesite."
La venta de tejido humano, incluyendo tejido fetal,
está contra la ley federal, pero "Opening Lines" enseña a los pacientes qué
"simple" es sortearla. Ofrece "alquilar sus facilidades para realizar la
recogida... contrapesando los gastos generales de clínica." También ofrece
entrenar en la recogida al personal de la clínica y luego, "basándose en el
volumen, reembolsar parte o todo su salario de empleados, por lo tanto
reduciendo sus gastos generales."
El Dr. Jones es obviamente adepto a sortear
regulaciones inconvenientes. "Nosotros no pedimos una copia del IRB
consentimiento o un resumen de su labor de investigación," advierte a su
probable clientela, "y no se le pide a usted que cite a "Opening Lines" como la
fuente de tejidos cuando usted publique su trabajo (creemos en la propaganda
boca a boca; si a usted le agradan nuestros sercicios, lo comunicará a sus
colegas)."
"Opening Lines" es uno de los dos traficantes al por
mayor de partes fetales descubiertos por Mark Crutcher, de "Life Dynamics Inc."
El otro es el "Anatomic Gift Foundation" (AGF). Fundado en 1994 por Jim y Brenda
Bardsley, ellos trabajaban en una doble caravana al fin de una sucia carretera
en el "Satilla River" en Georgia, donde la pareja tenía también un vivero de
bagres. Desde entonces ha trasladado su cuartel general a Laurel, Maryland, y
ahora tiene sucursales en Phoenix, Arizona y en Aurora,
Colorado.
Las fuentes de "Life Dynamics" dentro de las clínicas
abortistas adquirieron listas de honorarios de ambas organizaciones. "Opening
Lines" es la más detallada de las dos. Un "tronco intacto (con o sin miembros)"
cuesta 500 dólares; un hígado 150 dólares, pero hay un "30% de descuento si está
sensiblemente fragmentado."
Los precios "en vigor hasta el 31 de Diciembre de
1999" pueden parecer bajos, observa Mr. Crutcher, pero sumemos todas las partes
y resultará que un solo bebé abortado vale miles. "Nuestro saldo medio diario de
cantidad de casos excede los 1.500 y nosotros servimos a clínicas a través de
todos los Estados Unidos," dice un folleto de "Opening
Lines".
Mr. Crutcher dice que el Dr. Jones es un vendedor
agresivo, deseoso de ofrecer tarifas reducidas para pedidos masivos. Dice
también en una reciente entrevista grabada que él está activamente buscando
nuevas fuentes de tejido fetal en México y Canadá.
CELESTE MCGOVERN
En
"Alberta Report", de Alberta, Canadá, Mayo 1999
Trad.: I. S. M.
Publicado en español en revista Arbil España.
La
página de la organización provida
denunciante Life Dymanics Inc. es www.ldi.org