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La contracepción abortiva: El holocausto farmacéutico.

Introducción

Por "anticoncepción" entendemos normalmente la prevención de la fecundación del óvulo por el espermatozoide, que es la fusión del óvulo y del espermatozoide. Esta prevención puede lograrse impidiendo el paso del esperma del útero a las trompas (p.ej.: preservativo o condón, pesario uterino, moco cervical espesado, eliminación del esperma a través de espermicidas), o por la ausencia de un óvulo por fecundar (inhibición de la ovulación). También se puede evitar la fusión del óvulo y del espermatozoide a través de la esterilización tubárica en la mujer o de la vasectomía en el hombre.

Sin embargo, en algunos anticonceptivos, hay efectos en los que estos mecanismos juegan ese papel, pero se pueden encontrar efectos adicionales, efectos que ya no son preventivos en el exacto sentido de la palabra. Entre estos anticonceptivos mencionamos el dispositivo intra uterino (DIU) ó Pesario intrauterino (PIU) , la "píldora de la mañana siguiente" ("anticoncepción de emergencia"), de cierta forma los espermicidas que contienen nonoxinol, los anticonceptivos orales (inhibidores de la ovulación, p.ej., píldoras anti bebé), los depot-gestágenos inyectables (Depo-Provera), los implantes de Norplant, la vacuna anti-HCG y el RU-486. Estos anticonceptivos trabajan en parte como inhibidores antes de la anidación y en parte también después de la anidación. Si tenemos en cuenta todos estos efectos, es evidente que el concepto de anticoncepción se vuelve ambiguo. No sólo significa prevención de la fecundación, sino también, prevención de la anidación, un hecho que se les escapa a la mayoría de las personas.

Debido a que los anticonceptivos orales han sido y son todavía muy controvertidos, me gustaría tratar primero sobre la forma como trabajan, sobre todo porque han sido los anticonceptivos más usados por más de 30 años y porque son los que han abierto camino en la prevención artificial del embarazo, con sus consiguientes resultados. También son un clásico ejemplo de cómo las palabras del teólogo William Smith: "La ingeniería verbal precede a la ingeniería social", han traído cambios importantes en la mentalidad de nuestra sociedad.

Los conferencistas alemanes particularmente, todavía llaman a la píldora un inhibidor de la ovulación. Sin embargo, esta expresión describe sólo un efecto parcial y, por lo tanto, induce a conclusiones erróneas. Como veremos, tampoco su modo de actuar justifica el término "anticonceptivo". Sin embargo, por el momento, la llamaremos un contraceptivo oral (CO), como es usual en el mundo anglo-parlante.

Contraceptivos orales

I. Mecanismos

A. Inhibición de la ovulación

B. Inhibición de la anidación

C. Moco cervical

D. Factor tubárico

A. Inhibición de la ovulación:

La intención original de los descubridores de los CO fue la de inhibir la ovulación, imitando el ciclo natural por medio de altas dosis de estrógeno y progestágeno. Las primeras píldoras que se produjeron se adaptaban bien a este modelo en su enormemente alto contenido de estrógeno y progestágeno. Debido a que rápidamente se detectó una alta incidencia de efectos colaterales objetivos y subjetivos, se redujo progresivamente el contenido hormonal, dando como resultado un creciente número de "ovulaciones que de todas maneras se presentaban". Incluso en los años 60 se confirmó un siete por ciento de ovulaciones de este tipo y, más tarde, de siete a diez por ciento. Suponiendo un caso ideal, la dosis mínima indicada para la inhibición de la ovulación se fijó en 0.05 mg. de etinilestradiol, mientras que, por un tiempo, el componente progestágeno recibió menos atención. Entonces se descubrió que, con una mayor reduccción del componente estrógeno a 0.035-0.03 mg. de etinilestradiol, progestágenos recientemente desarrollados, como el desogestrel, se unían con el estrógeno en su acción sobre la ovulación. Por lo tanto, quedaba claro que el progestágeno debía de ser de igual potencia. Recientemente a esta dosificación se le ha descrito como "dosis inhibidora de la ovulación ".

Los casos de ovulaciones que de todas maneras se presentan con dosis reducidas de hormonas, se probaron de varias maneras, tanto histológicamente como con experimentos de laboratorio. Por tanto, en 1983 Kurt S. Ludwig (15) reportó hallazgos histológicos de ovarios bajo los efectos de los CO, en los que encontró folículos casi listos para reventar durante los dos primeros ciclos de tratamiento con preparaciones combinadas. En 1965, este investigador ya estuvo en capacidad de probar la presencia de corporea lutea durante los dos primeros ciclos de tratamiento y parcialmente durante el tercer ciclo del tratamiento. En aquel entonces sólo se usaban CO de dosis altas de estrógeno, por lo que puede concluirse, que hay aún más ovulaciones con el uso de CO que tienen dosis bajas de estrógeno.

Un estudio (Van der Vange, 1986) (30) realizado en los Países Bajos demostró que el 30 por ciento de las pacientes examinadas con ultrasonido tenían folículos de 18 mm. o más, de acuerdo a dimensiones preovulatorias. En casi el 60 por ciento de las que se examinaron hubo crecimiento folicular. En el cuatro por ciento se asume que hubo ovulación con una dosificación de 0.03-0.04 mg. de etinilestradiol y progestágenos variables.

Similarmente se dieron casos de fracasos, p.ej. con:

-- Preparaciones de 3 fases 1.87 por ciento.

-- Preparaciones de 2 fases 3.7 por ciento.

-- Minipíldora 13.7 por ciento.

En el caso de la minipíldora, Ludwig (15) encontró regularmente corporea lutea reciente.

Se asumió que en las preparaciones de tres fases, ocurriría una ovulación cada cuarto mes. En 1986 Extracta Gynaecologica (18) publicó la siguiente declaración con referencia a la contracepción oral usando CO combinados de baja dosis: Había evidencia de formación folicular ovárica durante los siete días libres de hormonas y, en el séptimo día libre de hormonas, los folículos estaban tan bien desarrollados que podían reaccionar a un ligero incremento de gonadotropina. Esto ocurría especialmente si se dejaba de tomar una píldora dentro de los siete primeros días. En este caso, la comunmente recomendada dosis de dos píldoras al día siguiente de la omisión, podía dar como resultado una ovulación, apoyada por la configuración de estrógeno resultante. Más aún, una demora en tomar la píldora después del período libre de hormonas, aumentaba el riesgo de una concepción no deseada. Con respecto a la caja clásica de 21 días, los fabricantes urgen el uso de una forma complementaria de contracepción si se olvida tomar una píldora en los siete primeros días de haber empezado la caja.

La regla de los 14 días

Esto concuerda con la "regla de los 14 días" descrita extensamente en el libro de bolsillo Die Pille (23). De acuerdo a ella, el peligro de un embarazo no deseado persiste durante un período de 14 días después de cada ocasión en que se olvida una píldora, o después de un atraso de más de 12 horas en tomarla y, por tanto, se necesita una forma suplementaria de protección durante ese período de tiempo. La omisión de una píldora hacia el final del paquete, también alarga sin duda el período sin protección de la píldora. Entonces, en este caso, también debe observarse estrictamente la regla de los 14 días.

En 1983, Mall-Haefeli (17) dijo que: "en tratamientos de preparaciones con una dosis baja de estrógeno y un progestágeno medio activo o de baja dosis, se encontró una tendencia a la formación de ovarios quísticos: también se podía observar, durante el período de uso de los CO, folículos recientemente rotos, corporea lutea y luteinización. Se probó la ovulación midiendo los niveles de progesterona. Dicho "patrón de reacción" se puede explicar por la concentración de estrógeno de las tabletas que primero sube y luego baja exactamente en el punto medio del ciclo del tratamiento. Esto podría trabajar como una retroalimentación positiva y podría explicar los fracasos aislados anotados en el caso de las preparaciones de tres fases.

Por añadidura, "El componente que contiene clormadinon mostró un efecto inhibidor más débil que con (la paciente) Diane. Como resultado de esto, durante el tratamiento se encontraron casos aislados de niveles incrementados de progesterona, a saber, en tres de 29 pacientes. Esto significaría que dicha ovulación, la formación de corporea lutea o la luteinización, se presentó en casos individuales" (17).

Mall-Haefeli también (17) escribió: "El hecho de no observarse embarazos en los grandes grupos examinados que ingerían clormadinon, podría ser un indicador de los efectos multifactoriales de los inhibidores de la ovulación. El clormadinon se comporta similarmente a la progesterona en baja dosis, p.ej., invalida el efecto inhibidor del estrógeno en el nivel hipofisial." De este modo Mall-Haefeli señala el efecto inhibidor de la anidación de los CO.

Más que inhibición

De acuerdo a N. Van der Vange (1986) (30), la ovulación y el corporea lutea se presentan en el 4.2 por ciento de los ciclos menstruales, mientras se toma la "micropíldora." Esta autora comenta al respecto: "En base a las investigaciones, se puede concluir que la efectividad anticonceptiva de la 'micropíldora' se apoya en algo más que en simplemente la inhibición de la ovulación".

B. Inhibición de la anidación:

La inhibición de la anidación se basa en el desarrollo insuficiente de la secreción y en cambios regresivos del endometrio inducidos por los CO. Estos últimos aumentan según se incrementa el uso de los CO. La llamada "secreción rígida" se observa casi siempre con preparaciones combinadas de estrógeno en las que las glándulas se estrechan y no funcionan (apareciendo casi atrofiadas) y el estroma presenta una reacción pseudo decidual. Después de años de tomar en forma continua preparaciones combinadas de estrógeno, usualmente el estroma no funciona y abunda en fibras. No todas las mujeres reaccionan de igual forma al ingerir durante largo tiempo preparaciones secuenciales y graduadas. Después de muchos meses de uso aún pueden presentarse signos de secreción. Por otro lado, después de un corto período de uso de los CO, las glándulas pueden cesar de funcionar debido a una reacción dominante del estroma.

Pschyrembel Woerterbuch Gynaekologie und Geburtshilfe 1987 (24) hace la siguiente declaración sobre el modo de actuar de los CO: "La forma de acción de las hormonas esteroideas empleadas, no sólo depende de la inhibición de la ovulación a través de la inhibición de la gonadotropina, sino que depende también de las características de las hormonas y de la dosis, incluso de los cambios del moco cervical (que impide o bloquea el paso del esperma), de cambios del endometrio (que impide o bloquea la anidación de un posible óvulo fecundado) y de la inhibición de la motilidad tubárica".

En la literatura médica, muchos autores señalan los efectos inhibidores de la anidación de los CO, p.ej. Mutchsler en su Lehrbuch der Pharmakologie (19) escribe en 1972: "Los CO previenen la implantación del óvulo (fecundado), aún cuando ocurra la ovulación (el desarrollo secretor del endometrio no se completa)".

En 1971, Haller, de Goettingen (6) describió como altamente controversial el uso del término "sustancia inhibidora de la ovulación" para la mayoría de las preparaciones señaladas.

En forma similar, en 1974, Hauser de Lucerne (8) estableció que, en vista del siete por ciento de posibilidades de ovulación, el término "inhibidor de la ovulación" no es totalmente adecuado.

Respecto al mismo tema, nos dice Haeussler (1975) (7): "El Director de la Segunda Clínica Ginecológica de la Universidad de Münich, Profesor Dr. R. Fikentscher, nos informó en su conferencia... que con los llamados inhibidores de la ovulación no se lograba siempre el efecto inhibidor, y que la ovulación se presentaba en más del siete por ciento de los casos (Goldzieher, Mears y Gual). En fecha tan antigua como el 10 de Diciembre de 1967, el Profesor Fikentscher señaló: "Por lo tanto, la medicación hormonal no puede seguir considerándose como un inhibidor de la ovulación, sino como una prevención potencial de la anidación".

Abortivos para las primeras etapas

En 1967, fecha bastante temprana para el tema que tratamos, en una conferencia médica, los representantes de una gran productora de hormonas admitieron que con los CO, en el siete por ciento de los casos se presentaba la ovulación con posibilidades de fecundación y que la consiguiente implantación del óvulo fecundado en el útero ordinariamente sería impedida (7).

Beller, de Muenster, nos dice (1979/80) (1): "El efecto abortivo de la píldora:

Píldora y DIU = un abortivo precoz".

En el mismo tenor el Bundeszentrale fuer gesundheitliche Aufklaerung, Colonia (3) afirma: "Los inhibidores de la ovulación inhiben la anidación".

Taubert y Kuhl también admiten en su libro Kontrazeption mit Hormonen 1980 (27): "el efecto inhibidor de la anidación de casi todos los tipos de píldoras".

Lauritzen, en 1986 (12): "Con los nuevos anticonceptivos orales hormonales de baja dosis, las ovulaciones que de todas maneras se producen ( y el sangrado) aparentemente ocurren con más frecuencia que con preparaciones de alta dosis. Cuando tales ovulaciones ocurren, aparte de la influencia en el moco cervical, se presenta también la proteción adicional hormonalmente inducida en el endometrio, donde la reconstrucción asincrónica del estrógeno-gestágeno activado y los cambios bioquímicos atípicos impiden la anidación. En algunos casos, este aspecto de inhibidor de la anidación actuaría como una protección adicional y por lo tanto, habría que dar más importancia a las preparaciones de baja dosis en oposición a las anteriores preparaciones de alta dosis".

Schering, en 1987 (26): "Como todos los otros anticonceptivos de estrógeno-gestágeno la 'píldora ligera' obstaculiza las condiciones fisiológicas que son un pre-requisito para la anidación del óvulo en el endometrio. Por lo tanto, su efecto contraceptivo no sólo consiste en inhibir la ovulación e inhibir el paso del esperma, sino también en suprimir una reconstrucción cíclica normal del endometrio".

En la revista Der informierte Arzt, 1987 (31): "La Profesora Mariannne Mall-Haefeli de Basle tiene la convicción de que la supresión del eje hipotálamo hipofisial por la micropíldora es de gran importancia. Mientras que durante la ingestión de píldoras de alta dosis el ovario se "tranquiliza" por la supresión de este eje funcional, esto ocurre en menor proporción con las preparaciones de baja dosis.

Pero debido a que los efectos de los CO son multifactoriales, este cambio no reduce su efectividad. Sin embargo, una supresión disminuida puede llevar a un crecimiento folicular en el ovario y consecuentemente a una producción endogénica de estrógeno. La resultante hiper-estrogenemia relativa ocurre fisiológicamente en la pubertad y durante la pre-menopausia. Los síntomas clínicos son: ligero sangrado (manchas), sangrado inesperado e ingurgitación mamaria. En la opinión de la Profesora Mall- Haefeli, si la paciente continuara presentando dichos síntomas, se le indicaría un cambio a una preparación con un gestágeno supresivo más potente".

Esto también se refiere al efecto multifactorial de la píldora y, en consecuencia, a la inhibición de la anidación y al factor tubárico, ya que el factor cervical no parece presentar la eficacia originalmente esperada. En recientes publicaciones se menciona repetidamente este efecto multifactorial (9) (17) (30).

¿Cuándo comienza la vida?

¿Puede probarse científicamente la premisa de que la vida humana empieza con la anidación y no con la fusión del óvulo con el espermatozoide? La respuesta a esta pregunta la da Lauritzen en 1986 (12): "Sin lugar a dudas, la vida humana empieza con la fusión del óvulo con el espermatozoide y la consiguiente división del óvulo. Sin embargo, el médico y el abogado encaran el problema de que, al menos en una fecundación normal, el comienzo de la vida no puede ser establecido. Por lo tanto, es importante saber, tanto para el juicio médico como para el criterio legal, cuándo se puede establecer objetivamente un embarazo, y hoy en día se establece inmediatamente después de la implantación del gameto en el endometrio.

"En ese momento, cuando el embrión se conecta con la circulación de la madre, éste envía señales que pueden demostrarse, p.ej. beta-HCG ó SP 1. Por esto se ha acordado que el comienzo de la gestación, tal como puede establecerse objetivamente, debería ser el punto de partida para definir el problema, de forma que el comienzo de la gestación (no de la vida humana) se inicia en el momento de la implantación. Con esta definición, extraída de hechos comprobados, se establece que los métodos que inhiben la implantación del óvulo fecundado como el Pesario intrauterino o la píldora, no constituyen un aborto inducido. Para apoyar esta tesis, hacemos notar que más de la mitad de todos los óvulos fecundados se abortan de forma natural antes de la implantación".

Aquí cabe resaltar que el aborto natural de cualquier número de óvulos fecundados, no debe ni puede presentarse como apoyo para la tesis antes mencionada. Lo que ocurre en la naturaleza, lo que el Creador permite, no puede compararse con lo que el hombre ocasiona a través de su arbitraria intervención. De otra manera, el aborto quirúrgico o la eutanasia activa podrían justificarse con ese razonamiento. Además, podemos observar que, al principio de la vida, la mortandad natural se da en un porcentaje real aunque no exactamente conocido; sin embargo, en la vejez, al final de la vida, es de un 100 por ciento. Pensar como Lauritzen puede llevar hacia cambios peligrosos. Esta actitud proviene de la mentalidad del autónomo Prometeo que sólo ve su propia responsabilidad a sí mismo y no está preparado para ser responsable de nadie.

Lauritzen 1989 (13): "La píldora en su forma clásica trabaja en todos los casos como un contraceptivo, no como un abortivo. Con las preparaciones graduadas y con las preparaciones combinadas, la inhibición de la ovulación ocurre prácticamente siempre. Sin embargo, este es sólo uno de los efectos protectores. Adicionalmente hay (incluso con monofase y preparados secuenciales) efectos contraceptivos en el moco cervical, en el endometrio, así como influencias en la motilidad tubárica, y finalmente en el mismo ovario.

"Es realmente cierto que no se presenta en todos los casos una inhibición de la ovulación con las modernas preparaciones de baja dosis (Micropíldoras): en este sentido parece que ocurren más a menudo las ovulaciones. El hecho de que las píldoras de baja dosis dan una inhibición insuficiente del crecimiento folicular; se demuestra por la frecuencia de quistes ováricos u ovarios quísticos, cuando se administran preparaciones de estrógeno-gestágeno de baja dosis. Verdaderamente, se da también una inhibición del crecimiento folicular y de la ovulación (aunque no siempre) y, en tales casos, el efecto en el moco cervical llega a ocurrir apropiadamente: entonces este fenómeno constituye el principal efecto anticonceptivo. En este caso hay también ciertamente una influencia en el endometrio y en la motilidad tubárica, pero es probablemente menor.

"En resumen, con preparaciones de baja dosis el efecto en el moco cervical es lo primero, pero también juegan un rol los cambios en el endometrio y la motilidad tubárica que hacen más difícil la anidación. En este contexto la píldora no puede describirse como un abortivo: el efecto empieza antes de la anidación".

La píldora anticonceptiva-abortiva

Cabe destacar que en las dos últimas anotaciones de Lauritzen, a la contracepción se le ha dado un significado diferente del usual. Ya no significa simplemente prevención de la fecundación sino también prevención de la anidación del embrión. Es importante observar que esta inhibición de la anidación no se describe como el "aborto de un embarazo" ya que éste -según Lauritzen- sólo empieza con la anidación. Aparentemente se considera evidente que los embriones humanos se destruyen por la inhibición de la anidación. De hecho Lauritzen admite abiertamente que la vida humana "sin duda empieza con la fusión del óvulo y del espermatozoide y la consiguiente división del óvulo".

En este contexto, no nos interesa tanto el principio del embarazo sino el de la vida humana, el principio de este ser humano recién creado que se asesina por el efecto inhibidor de la anidación de la píldora. En consecuencia, podemos afirmar que la píldora no sólo es anticonceptiva sino también abortiva.

Teichmann, en 1989 (28) nos dice: "La afirmación de que las modernas preparaciones de tres fases, denominadas correctamente preparaciones de tres grados, no son inhibidores de la ovulación pero sí de la anidación, no es correcta. Como todas las preparaciones combinadas, también las de tres grados tienen tanto un efecto central, es decir, un efecto inhibidor de la ovulación que se obtiene suprimiendo la salida de gonadotropina- como un efecto periférico que previene o impide la anidación, influenciando la proliferación endométrica a través de una influencia temprana de gestágeno.

"Este último efecto periférico, sin embargo, no tiene importancia si la preparación se toma correctamente. Sólo en el caso de uso incorrecto, enfermedad que interfiere o uso de medicinas que pudieran causar un debilitamiento del efecto inhibidor de la ovulación, el efecto periférico de estas preparaciones en el endometrio ofrece una protección adicional. Por lo tanto, se puede declarar que con el uso correcto, a la vez que observando las indicaciones conocidas de seguridad para los CO, también las preparaciones de tres grados inhiben la ovulación de forma confiable. Aunque en principio pueda tener lugar una inhibición de la anidación, esto normalmente no se toma en cuenta".

Tal como se describió en el capítulo de inhibición de la ovulación, las preparaciones de tres fases muestran una ovulación cada cuatro meses como promedio, de manera que el efecto de inhibición de la anidación se presenta más a menudo de lo que Teichmann desea creer. También se demuestra la inhibición incompleta de la ovulación, a través de estas preparaciones, por la formación relativamente común de quistes ováricos cuando se usa esta clase de píldora (13) (17). Tenemos también que reconocer el alto grado de olvido en tomar la píldora. Todo esto nos muestra una considerable incidencia de inhibición de la anidación y por lo tanto el efecto abortivo temprano de estas preparaciones.

Además de la inhibición de la ovulación, Hausmann en 1990 (9) menciona: "En la fase de secreción del endometrio no ocurre el cambio total, por lo que la implantación del óvulo se hace más difícil... Si a pesar de la píldora, ocurriera una ovulación, se prevendría la concepción a través del efecto en el endometrio y en la cérvix. En consecuencia, la píldora ofrece una triple protección contra el embarazo". Vemos aquí que el término "concepción" se usa también en el sentido de anidación del embrión en el endometrio.

Lauritzen confirma en 1989 (13): "No existen las preparaciones que únicamente se comporten como inhibidores de la ovulación, pero las preparaciones de dosis media actúan predominantemente como inhibidores de la ovulación. También tienen un efecto contraceptivo adicional en el moco cervical y en el endometrio".

Teichmann, en 1991 (29), escribe además: "Aparte de la inhibición de la ovulación, es también posible una contracepción confiable usando preparaciones de gestágeno puro que cambian el moco cervical para hacerlo impenetrable a los espermatozoides. La motilidad tubárica y el endometrio pueden cambiarse a través del gestágeno a fin de que ocurra una desincronización de las condiciones pre-requisito para la anidación o una inhibición de la anidación. Generalmente las preparaciones hormonales para prevenir el embarazo, son una combinación de todos los factores que previenen un embarazo: también causan anovulación en alto porcentaje las preparaciones de gestágeno; los inhibidores de la ovulación usualmente combinados, tienen a menudo un efecto anticonceptivo en el moco cervical, en las trompas y en el endometrio".

Aquí se admite que tanto el gestágeno puro como las preparaciones combinadas tienen un efecto inhibidor de la anidación. De acuerdo a Pschyrembel (24), la minipíldora no tiene efecto inhibidor de la ovulación, actúa previniendo el paso del espermatozoide e inhibiendo la anidación.

No se equivoque...

También es interesante hacer notar que en el Congreso de la Federación Nacional de Abortos (NAF-National Abortion Federation) en Estados Unidos en 1985, se hizo la siguiente declaración en el curso del debate sobre planificación familiar: "No se equivoque, la píldora y el DIU son abortivos".

Teichmann anota en 1991 (29) sobre una intervención sobre postcoito: "Hablando estrictamente, las medidas que se tomen postcoitus para prevenir un embarazo y su posterior desarrollo, no son contraceptivas. Contra este tipo de medidas, llamadas también intercepción postcoito se levantan rectamente dudas éticas por parte de aquellos que no ven diferencia, en principio, entre un aborto y la inhibición de la anidación, fenómeno este último del que forman parte estos métodos.

"En cualquier caso, éstas son intervenciones que deciden el destino del óvulo fecundado y de la blástula, que constituyen ya una etapa embrional temprana y por lo tanto tienen el potencial real para desarrollarse en un ser humano. Incluso, dichas medidas abortivas postcoito se utilizan como acciones de emergencia y ocupan su lugar en el grupo de terapias, pero no deberían realmente contarse como medidas preventivas".

Beller, de Iowa, en 1990 (2) toma la siguiente posición respecto al DIU y a la píldora: "Una pregunta crítica es: ¿cúal es el límite para el aborto? ¿La inhibición de la implantación? ¿Dónde quiere Ud. trazar la línea? Si Ud. rechaza la inhibición de la implantación por ser abortiva, entonces es posible que el DIU ya no se pueda elegir tampoco y, por lo tanto, por ese mismo motivo, tampoco podrá tomar nunca más la píldora".

En 1992 Leindenberger (14) describe la acción de la píldora de la siguiente manera: "El modo de actuar del inhibidor de la ovulación se describe sólo parcialmente como el bloqueo de la secreción de la gonadotropina hipofisial y, por tanto, la ovulación por un lado y el bloqueo cervical gestágeno dependiente de la migración del espermatozoide por el otro. Como con el uso de la mayoría de los contraceptivos hormonales no se alcanzan las condiciones fisiológicas para la anidación en el endometrio, se perturba la sincronización entre la transformación del endometrio y la motilidad tubárica y se cambia la combinación de la secreción tubárica".

C. Moco cervical:

Se sabe por el ciclo natural que la progesterona espesa el moco cervical formando una barrera parcial al movimiento ascendente de los espermatozoides. En parte este también es un efecto que producen los inhibidores de la ovulación. Algunos autores lo caracterizan, aparte de la inhibición de la ovulación, como el "efecto predominantemente contraceptivo" (Lauritzen 1989) (13) y como "el segundo efecto principal del inhibidor de la ovulación" (Furch 1991) (4), de forma que no puede ocurrir una concepción y el efecto en el endometrio que Furch admite, nunca llega a ocurrir. Otros autores mencionados anteriormente enfatizan del mismo modo el efecto del moco cervical (Teichmann, 1991) (29).

En estas condiciones no se toma en cuenta que el estrógeno producido en el folículo madurante, a través de la conocida ovulación que de todas maneras se presenta, puede tener un efecto de disolución del espesamiento del moco cervical, de tal manera que ya no impida el movimiento ascendente del espermatozoide.

Se prueba lo inútil del procedimiento por la incidencia de embarazos mientras se toman los CO. En los últimos años estos se han incrementado con el aumento de las preparaciones de baja dosis. Debido a que el endometrio, dependiendo de la preparación usada y de la extensión del tratamiento, ha cambiado de diferentes maneras (mayormente con respecto a una "secreción rígida" ), no puede estar preparado en cada caso para la implantación por la influencia del estrógeno exógeno en el folículo madurante; por lo tanto, con frecuencia el óvulo fecundado no puede anidarse. Por consiguiente, el efecto inhibidor de la anidación de la píldora, juega un papel importante.

También se puede concluir, tal como lo declaró la Profesora Mall-Haefeli en 1987 (31), que los nuevos progestágenos pueden, además de tener un efecto menos supresivo, tienen también un efecto menor en la cérvix que facilita el movimiento ascendente del espermatozoide. En experimentos con animales, se pudieron encontrar espermatozoides en las trompas, aún con las preparaciones de alta dosis que tenían una dosis alta de estrógeno.

D. Factor tubárico:

Por medio de este concepto hacemos referencia a los contraceptivos hormonales que afectan la motilidad de la trompa, retardando el transporte del embrión. En esta línea, en 1992 Leindenberg (14) reporta cambios en la combinación de las secreciones tubáricas que podrían tener una influencia negativa en el transporte del embrión.

Hacemos notar un efecto abortivo adicional del CO (Mall-Haefeli 1986) (16): "La Píldora tiene una acción multifactorial. Por sí solo, el transporte tubárico retardado ocasiona que el óvulo se torne demasiado viejo e inhibe el desarrollo de un embrión viable, tal como hemos visto en la fertilización in-vitro". Es decir, el embrión realiza su camino más lentamente a través de las trompas y, por lo tanto, sufre daño en el sentido de que, en el momento de la posible implantación, ya no es viable y, por lo tanto, muere. Literalmente "se seca", no logrando alcanzar la implantación salvadora que le proveería de la nutrición necesaria para su posterior desarrollo.

Sobre este tema, ver Pschyrembel 1987, (24) y Lauritzen 1989, (13).

Más aún, sobre este punto el informe Schering (25) señala: "Los estrógenos y los gestágenos influyen en la motilidad tubárica, por lo tanto, en el transporte del óvulo, de tal manera que no llega al endometrio donde podría encontrar condiciones favorables para la implantación. Por añadidura, se altera la composición de la secreción tubárica y con ello el proceso de maduración del óvulo.

II. Factores exogénicos que influyen en el modo de actuar de los CO

A. Confiabilidad en tomar la píldora:

De diferentes estudios realizados se concluye que esta confiabilidad no es muy grande. El olvido en tomar la píldora se encontró en un dos a siete por ciento de los casos. En un estudio de Marvelon, Organon señala que cuatro a cinco por ciento de las mujeres olvidaban de una a cuatro pastillas por ciclo. A pesar de esto, sólo se presentó un embarazo en 15,222 ciclos experimentados sobre una muestra de 1,160 mujeres (22). Esta "seguridad" indica el multifactorial modo de actuar y por lo tanto, abortivo temprano, de este inhibidor de la ovulación.

B. Interacciones:

Hasta hace poco no se sabía mucho acerca del considerable rol que juega el consumo considerable de cantidades de alcohol, cafeína y nicotina. Sobre todo, no hay que subestimar los efectos de la cafeína y de la nicotina. El siguiente interrogante deberá hacerse en relación a la interacción que se da con las medicinas (antiácidos, excesivo uso de purgantes,etc.).

Anteriormente se suponía que, principalmente y en forma casi exclusiva, eran los antibióticos los que afectaban la forma de acción de los CO, pero en la actualidad se incluyen casi todos los grupos de medicinas como se señala en el folleto de Organon (21). Presumiblemente, ésta es la razón por la cual Organon ha publicado estos caros folletos. Más aún, mientras más baja sea la dosificación de la píldora, mayores serán las interacciones que entrarán en juego, tal como hemos podido establecer por nuestra propia experiencia. Teichmann, en 1991 (29) hace notar estas interacciones.

C. Desórdenes del tracto digestivo:

Desde hace tiempo se sabe que la diarrea y los vómitos limitan de forma importante la efectividad de la píldora. Tal como se ha demostrado repetidamente, incluso un desorden estomacal o intestinal moderado, que a menudo sólo es reconocido como tal por los pacientes, es suficiente para ocasionar fallos de la píldora. A esto hay que añadir que la recomendación de tomar una segunda píldora en caso de vómito o diarrea difícilmente puede llevar a que la píldora tenga éxito. Debido a los cambios enteríticos, también será insuficiente la absorción de la píldora. Estos efectos son aún más notables con dosis más bajas.

D. Variando los patrones de enzimas:

Sobre esto, en 1986 Gruenenthal (5) comenta: "Más aún, pueden haber pacientes para los cuales la píldora no sea completamente efectiva, posiblemente debido a un patrón de enzimas variable (pacientes que salen encinta varias veces en forma sucesiva, a pesar de que afirman haber usado correctamente la píldora)".

También es interesante un artículo en Deutchses Aerzteblatt (1986) (10), que compara la efectividad del CO en Europa y en Asia. La dieta asiática es natural y ligeramente ácida y neutraliza el efecto alcalino de la píldora, dando como resultado muchas fallas o la total inefectividad.

E. Reacciones individuales:

En 1991 Teichmann (29) nos dijo: "Las considerables diferencias que hemos citado, inter e intra individuales, hacen que el mismo contraceptivo oral, en la misma dosis, no sea óptimo para que todas las mujeres alcancen en su organismo los niveles de gestágeno y estrógeno deseados que tienen efectos".

Todos estos factores se suman al efecto de abortivo temprano de la píldora. Más aún, ya no existe la "seguridad proverbial" de los CO, debido a que el recientemente reportado Indice-Pearl es de 0.2-6 (Teichmann 1991) (29).

Exposición

Basados en la literatura citada y en la exposición realizada, podemos llegar a las siguientes conclusiones acerca de los contraceptivos orales:

1. La inhibición de la ovulación no se da en un 100 por ciento. Las ovulaciones que de todas maneras se presentan, ocurren en siete a diez por ciento de los casos.

2. La inhibición de la ovulación y el factor tubárico sólo como efectos parciales de la píldora no se discuten, pero tratan de no darles importancia o simplemente se les acepta.

3. Queda demostrado como un efecto principal de los contraceptivos orales, aparte de la inhibición de la ovulación, el espesamiento del moco cervical, que se comporta como una barrera. Este efecto no es menor por el hecho de que ciertos autores no quieran creer en el efecto inhibidor de la anidación de la píldora. En el proceso se ignora el hecho de que los estrógenos producidos en el folículo madurante pueden diluir el moco cervical, que le hace posible al espermatozoide ascender al útero y los oviductos, y, por lo tanto, fecundar al óvulo. Más aún, los "que dudan" ni siquiera otorgan al embrión el beneficio de la duda, que legalmente se les concede aún a los criminales por evidencia incompleta: in dubio pro reo! Este derecho se le niega expresamente al inocente embrión.

4. El índice-Pearl (29) para la píldora es 0.2-6. Consecuentemente, hay suficientes embarazos tras la píldora.

5. El principio del embarazo se ha definido como el momento de la implantación del embrión. Por lo tanto, los métodos que inhiben la anidación del óvulo fecundado no son considerados por estos autores como el "aborto de un embarazo". Se mencionan como ejemplos los DIU y la "píldora de la mañana siguiente". La píldora no debería llamarse un abortivo -dicen- ya que su efecto inhibidor de la implantación actúa antes de la anidación.

6. "La vida humana empieza sin duda con la fusión del óvulo y el espermatozoide ...". Puesto que este comienzo no puede ser objetivamente establecido por médicos ni abogados, se ha "acordado, por lo tanto, que el principio del embarazo debería ser el punto de partida", es decir, el momento de la implantación. Aquí surge la pregunta: ¿Qué es más importante, el principio del embarazo o el principio de la vida humana?

Confiando en los expertos

Esta exposición nos demuestra por qué tantos -ya sean médicos, abogados o teólogos- son contrarios a creer que la píldora tenga un efecto abortivo temprano. Primero, muchos de ellos basan su opinión en el entendimiento original de que la prevención del embarazo supone ser un método de prevención de la fecundación. Con la píldora, esta afirmación se refiere a la inhibición de la ovulación y al espesamiento del moco cervical. Segundo, ellos creen en la declaración de los expertos de que la píldora no es un abortivo temprano. La mayoría no están al tanto de que esos expertos, de acuerdo a la definición anterior, no consideran la inhibición de la anidación como el "aborto de un embarazo".

Estos expertos basan su opinión en el hecho de poner el principio del embarazo en el momento de la anidación del embrión, lo que invita a muchos a creer que la vida humana también empieza en ese momento. El verdadero principio de la vida humana que se da en la fecundación casi siempre es ignorado.

Esto ha dejado 14 días de tiempo después de la fecundación como período sin protección de la vida humana. A la vez, este mismo hecho ha sido importante con respecto al efecto abortivo temprano del DIU, que era bien conocido por estos expertos. Tal como se sabe en la actualidad, esto se puede afirmar también de los inhibidores de la ovulación, cuyo mecanismo abortivo temprano sin duda también les era familiar a estos expertos. Pero el límite de los 14 días es también de gran importancia para el problema de la fertilización in-vitro/transferencia del embrión, ya que la FIV/ET [N.del T. FIV: Fertilización In Vitro. ET: Transferencia del Embrión] usa embriones.

En algunos países, se dispone de este período para investigación en los embriones. Por consiguiente, se instrumentaliza esta "perspicaz" definición.

Una edificante dosis de honestidad

Lauritzen es, sin embargo, tan honesto en sus escritos, que claramente reconoce el principio de la vida humana en la fusión del óvulo y del espermatozoide. Lo que él no menciona es el hecho siguiente: que la inhibición de la implantación del embrión, a través del efecto de inhibición de anidación de la píldora, destruye la vida humana tanto como el "aborto de un embarazo" después de que la anidación se ha llevado a cabo. Al omitir este aspecto, no es el embarazo el abortado, sino el niño no nacido. Es un juego manipulativo y especulativo de palabras y, a la vez, un juego con la vida del embrión.

De esta forma, los términos 'prevención del embarazo' y 'contracepción' o 'anticoncepción' respectivamente con sus diferentes significados, han ocasionado gran confusión y gran daño. Por lo menos, los contraceptivos hormonales orales deberían denominarse correctamente contra e interceptivos o contra-interceptivos respectivamente. Teichmann llama apropiadamente a la intercepción postcoital éticamente dudosa. Se refiere después al efecto inhibidor de la anidación de las preparaciones hormonales postcoitales. (Nota de la redacción: se trata de la "anticoncepción de emergencia" o "píldora del día después".)

Sin embargo, este mismo autor no expresa dudas respecto a la inhibición de la anidación de la píldora. Ciertamente, la intercepción postcoital es más directamente inhibidora de la anidación que la píldora, en la que también aparecen otras formas anticonceptivas de acción. No obstante, nada aquí cambia el hecho de su carácter parcialmente inhibidor de la anidación. Por lo tanto la píldora es tan éticamente cuestionable y abierta al repudio como la intercepción postcoital, que se usa mucho menos que la píldora.

Por otra parte, el "objetivamente establecido principio del embarazo" ya ha sido vencido por la tecnología, de tal manera que la fecundación puede ahora probarse, ya antes de la implantación, a través del Factor de Embarazo Temprano. Con lo cual, la existencia de la vida humana antes de la anidación está claramente probada.

La tierra de nadie

Los seguidores de la teoría de la anidación tendrán problemas para intentar demostrar su definición manipuladora. Esta prueba objetiva de la existencia de la vida humana que se ha conseguido en una "tierra de nadie" arbitrariamente creada entre fecundación y anidación, también coloca en la balanza la expresión "aborto de un embarazo", que hasta ahora se refería a intervenciones después de la implantación.

Se han hecho intentos para mantener en secreto el efecto de abortivo temprano de la píldora. Aquellos que apoyaron esta postura saben que una información amplia y a tiempo evitaría que muchas mujeres usaran la píldora. Esta táctica también pertenece al área de la administración en el sentido de que "la ingeniería verbal siempre precede a la ingeniería social".

Dado que la píldora se introdujo como no abortiva, la sociedad moderna ha llegado a acostumbrarse a ella, tal como lo hizo con el DIU.

Cuando las personas descubren el efecto abortivo temprano de la píldora o del DIU, difícilmente se dejan ya persuadir. La fuerza del hábito domina el conocimiento adquirido posteriormente. Este conocimiento penetra cada vez menos y amenaza con perder totalmente su efecto. Por otra parte, uno llega a acostumbrarse cada vez más al concepto de matar, como se ha demostrado con la creciente aceptación del aborto y de la eutanasia activa.

El concepto del mal menor

El uso de argumentos basados en el concepto del "mal menor" ignora completamente que "no puede hacerse un mal para obtener algo bueno". Aunque inmediatamente después de la fecundación el embrión es un ser algo más pequeño que un embrión unas pocas semanas mayor, es igualmente un ser humano; no debería ser asesinado ni entonces ni en una etapa posterior.

No se puede hacer una afirmación concreta acerca de la frecuencia de la inhibición de la anidación. Considerando que las ovulaciones que de todas maneras se presentan ocurren en el siete al diez por ciento de los casos, y que el índice-Pearl para contraceptivos hormonales orales es 0.2-6, debemos afirmar que ocurren considerablemente más ovulaciones que de todas maneras se presentan que embarazos producidos por estas ovulaciones que llegan a término.

Ciertamente, no toda ovulación que de todas maneras se presenta, da como resultado una fecundación, pero su participación es mucho mayor de la que admiten los autores que se refieren al moco cervical, especialmente si se tiene en cuenta que el efecto del moco cervical puede y debe ser puesto en duda de acuerdo con las consideraciones anteriores. El problema no es realmente una cuestión sobre el número exacto de inhibiciones de anidación que ocurran, sino más bien, el hecho de que ellas sí ocurren realmente.

Citando a Laun (11): "Sólo la posibilidad de tal efecto conduce a un categórico no en el nivel moral". Dice además (11): "Aun cuando aquello (inhibición de la anidación, nota del autor) fuera posible, cualquiera que difunda la prevención como un método para luchar contra el aborto, debería también oponerse a todos los abortivos 'métodos de prevención' por lo menos con la misma intensidad". Esto ocurre muy rara vez. Por el contrario, la mentalidad de prevención no ha reducido los abortos, más bien los ha promovido.

R. Ehmann, (Vida Humana Internacional)

Notas:

1. Beller, F.K., Munster, Schriftennreihe der Westfalischen Wilhelm-Universitat,

Munster (1979/80) 2,35.

2. Beller, F.K., "Ohne die Pille ware die Selbstverwirklichung der Frau nicht moglich gewesen," Aerztliche Allgemeine, Ein Themenheft der Aerzte Zeitung (1990) 1,18.

3. Bundeszentrale fur gesundheitliche Aufklarun, Koln, "Jedes Kind hat ein Recht erwunstch zu sein," S.12.

4. Furch W., "Keine Fruhabtreibung durch die Pille," FAZ (1991) 16, 8.

5. Grunenthal: Brief an Dr. Gotz vom 27.3.86.

6. Haller, "Ovulationshemmung durch Hormone," 79,3. Auflage, (1971) Georg Thieme Verlag, Sttutgard.

7. Hausller, A., "Die Pille das drohende Unheil," Miriam-Verlag, Jestetten (1975), S.5.,S.6 (Fikentscher) S. 12 (Haller).

8. Hauser, G.A., Zeitschrift fur Sexualmedizin (1974) 8.

9. Hausmann R., "Die pille schutz auf dreifache Weise vor Schwangerschaft," Aerztliche Allgeimeine, Ein Themenheft der Aerzte Zeitung (1990) 1, 12.

10. Ikonomoff S., "Warum die hormonalem Kontrazeptiva in Asien anders wirken als in Europa," Deutsches Aerzteblatt (1986), 83, 699.

11. Laun A., Das Kind, Zur Abtreibung in Oesterreich (1991), Gebetsaktion Medjugorje, Wien.

12. Lauritzen C., "frage-Antwork, Nidationshemmung," Tagl. Praxis (1986) 27, 694.

13. Lauritzen C., "Fragen aus der Praxis, Die"Pille":(auch) ein Abortivum?, "Deutsche Medizinische Wochenschrift (1989) 114, 14, 567.

14. Leindenberger F.A, Klinische Endokrinologie fur Frauenarzte, Springer-Verlag Berlin Heidelberg (1992).

15. Ludwig K.S., "Hormonale Kontrazeption: Eine Standortbestimmung," Int. Symp., Basel, 1983, 33-36, Karger, Basel (1983).

16. Mall-Hafeli M., Brief an Apotheker Woppelmann vom 22.5.86.

17. Mall-Hafeli M., "Hormonale Kontrazeption: Eine Standortbestimmung," Int. Symp., Basel 1983, 19-32, Karger, Basel (1983).

18. Molloy B.G., Coulson K.A., Lee J.M., Watters J.K., "Ist die Annahme einer Konzeption nach 'vergessener Pille' realistisch?," extracta gynaecologica (1986) 10,64.

19. Mutschler E., "Arzneimittelwirkungen," Ein Lehrbuch der Pharmakologie fur Pharmzeuten, Chemiker und Biologen. Mit einfuhrenden Kapiteln in die Anatomie und Physiologie. (1972), Wissenschaftliche Verlagsgesellschaft Stuttgart, 2. Auflage, S. 225.

20. National Abortion Federation-Congress, Boston, June 9-12, 1985, Mitteilung.

21. Organon-Broschure: Interaktionen mit oralen Kontrazeptiva: Was ist zu beachten?

22. Organon Marvelon, Das hormonale Kontrazeptivum mit dem selektiven Progestagen Desogestrel, S.11.

23. Die Pille, J. Guillebaud, rororo (1985).

24. Pschyrembel Worterbuch Gynakologie und Geburtshilfe, Walter de Gruyter, Berlin, New York (1987).

25. Schering- Information, Folge 4, Publikationen von Juli bis April 1984.

26. Schering Wien Ges.m.b.H., Brief an die Information fur Verbraucher, Zeitschriftenverlagsgesellschaft (1987), 25.11.

27. Taubert H.D., & Kuhl H., Kontrazeption mit Hormonen (1980).

28. Teichmann A.T., "Abtreibung durch Dreiphasen-Praparate?", Med. Mo. Pharm. (1989) 12, 252.

29. Teichmann A.T., Kontrazeption, Ein Kompendium fur Klinik und Praxis (1991), Wissenschaftliche Verlasgesellschaft mbH Stuttgart.

30. Van der Vange, Referat "Ovarian activity and low dose contraceptives", 3. Tagung der Soc. f. Advancement of Contraception (SAC) vom 9. -13.9.85 in Bordeaux, Zitiert im Organon Literaturservice 17/86 aus Gyne (Juni 1986).

31. Zoller Th., "Die Pille hat sich gemausert", Der informierte Arzt (1987) 14, 53.

 

Fuente: Revista Arbil Nº 56