A este tipo de
esterilización número 1, es decir, supresora de la facultad procreativa, se le
llama también esterilización funcional cuando suprime la propia facultad
procreativa pero deja intacta la integridad del órgano reproductor. En el caso
del mecanismo antiovulatorio ya mencionado de la píldora anticonceptiva, se
trata de una esterilización funcional temporal, porque la supresión temporal del
funcionamiento normal del órgano reproductor (en este caso del ovario) lo deja
intacto3.
Sin embargo,
cuando "la esterilización se procura mediante la extirpación o modificación --
quirúrgica o no -- de alguno de los órganos indispensables para la procreación,
se llama esterilización orgánica"4, porque el órgano reproductor ha
sido afectado en su funcionamiento normal o extirpado. Esto último ocurre, por
ejemplo, en el caso de la histerectomía, es decir, cuando se extirpa el
útero.
Expliquemos
ahora el modo de acción esterilizador número 2. Éste se refiere, por ejemplo, al
caso de la ligadura de las trompas de Falopio. Cuando esto ocurre, los ovarios
siguen produciendo óvulos, pero éstos no pueden pasar al interior de la vía
genital femenina, es decir, al resto de la trompa y de ahí al útero. La
esterilización de este tipo correspondiente al caso del hombre es la vasectomía,
es decir, la resección de los canales deferentes y la sucesiva ligadura. Así se
impide a los espermatozoides salir de los testículos.
Es muy
importante distinguir la anticoncepción (impedimento de la unión entre el óvulo
y el espermatozoide) y la esterilización (la supresión de la facultad
procreativa), del aborto, es decir, de la destrucción de una vida ya comenzada.
Esta destrucción puede ocurrir al impedir que el óvulo ya fecundado se implante
en el útero de la madre, con su consecuente muerte al ser despedido de él o, en
caso de que lograse implantarse, por cualquier otro medio.
Estas distinciones son importantes porque precisamente
las tres corresponden a los mecanismos de la píldora anticonceptiva. En efecto,
la píldora anticonceptiva actúa impidiendo la ovulación (mecanismo
esterilizador), haciendo más espeso el moco cervical impidiendo así el paso de
los espermatozoides al encuentro con el óvulo (modo anticonceptivo) o impidiendo
que el óvulo ya fecundado -- es decir, que el recién concebido ser humano-- se
implante en el útero (modo abortivo).
2. Tipos de
esterilización:
a.
Esterilización directa e indirecta
Es muy
importante, desde el punto de vista moral, distinguir entre esterilización
directa e indirecta.
Se llama
esterilización directa (o
también antiprocreativa)
cuando, por sí misma o por sus condiciones, tiene por objeto inmediato impedir
la procreación, no sólo como fin en sí, sino también como medio para obtener
otros bienes que se cree se derivan de ella. Estos otros bienes pueden ser, por
ejemplo, evitar los daños físicos que se cree se seguirían del embarazo en una
mujer con la salud debilitada, o los daños psíquicos que se cree se seguirían de
tener hijos indeseados o más hijos de los que se cree que se puedan
tener5. Como se verá en La enseñanza de
la Iglesia Católica sobre la esterilización, la esterilización
directa o antiprocreativa es siempre gravemente inmoral, sin excepción
alguna.
Se llama
esterilización indirecta
(o también terapéutica) a
"la eliminación de un órgano indispensable para la procreación, en cuanto que su
presencia constituye un grave riesgo para la salud del organismo, ya sea por
estar seriamente dañado o porque su normal funcionamiento acarree una grave
amenaza para todo el cuerpo"6. Obsérvese que la intervención médica
aquí puede darse no sólo cuando el órgano mismo está dañado de tal manera que
constituye una grave amenaza para la salud del resto del cuerpo, sino también en
el caso de que, aunque el propio órgano reproductor no esté enfermo, su
funcionamiento normal constituye una grave amenaza para la salud. Esto último
puede darse, por ejemplo, cuando en algunos cánceres de la próstata se propone
la extirpación testicular (aunque hoy en día existen medicinas que suprimen la
función de los testículos y por tanto no hace falta ni se debe extirparlos si se
tienen disponibles esas medicinas).
Es de suma
importancia darse cuenta de que la distinción entre esterilización directa e
indirecta no se basa simplemente en la intención o en las consecuencias del
acto, sino principalmente en la
naturaleza misma de la intervención7. Obsérvese que en el
caso de la esterilización directa, la intervención se practica no estando el
órgano reproductor enfermo ni constituyendo por ese hecho ni por su mero
funcionamiento normal una grave amenaza para la salud del organismo; sino que se
practica para impedir un embarazo, ya sea sin otro motivo que el de no tener
hijos o porque se teme que un futuro embarazo constituirá un problema serio para
la salud física o psíquica. En otras palabras, la esterilización directa es o un
fin en sí misma o un medio para conseguir otro fin, no es simplemente una
consecuencia no deseada e inevitable de una intervención médica. No es
inevitable porque se hubiera podido recurrir a la planificación natural de la
familia (PNF) para evitar un embarazo que se cree va a tener consecuencias
serias.
En el caso de
la esterilización indirecta, sin embargo, el órgano reproductor o estaba enfermo
y por ese hecho constituía una grave amenaza para la salud del cuerpo o, sin
estar enfermo, su funcionamiento normal también constituía una grave amenaza
para la salud del cuerpo. En ese caso, la esterilización no era ni un fin ni un
medio para conseguir otro fin, sino una consecuencia no deseada e inevitable (si
hubiera otra manera de resolver el problema se debería llevar a cabo ésa) de una
intervención médica cuyo objeto era detener una grave problema para la salud del
cuerpo independientemente de un
futuro embarazo. La razón de que la esterilización en este caso no es
un medio para conseguir otro fin (y en el otro, es decir, en la esterilización
directa sí lo es) es que lo que resuelve el problema no es el efecto
esterilizador en sí, sino el detenimiento de la amenaza grave para la salud al
extirpar el órgano enfermo, o no enfermo, pero que en ambos casos causaba dicha
amenaza.
Otra importante observación que hay que hacer es que,
como se ha dicho, la esterilización indirecta también puede llamarse terapéutica
-- la cual es moralmente lícita. Sin embargo, en el caso del aborto, no puede
decirse que el aborto indirecto es lo mismo que el aborto terapéutico, porque
son dos cosas completamente distintas. El aborto indirecto es lícito (en
realidad no es un aborto de verdad), mientras que el aborto terapéutico, que es
una forma de aborto directo, no es lícito nunca desde el punto de vista moral, y
desde el punto de vista médico tampoco está justificado nunca -- en realidad, lo
que no es lícito desde el punto de vista moral, tampoco lo es desde el punto de
vista médico.
b.
Esterilización femenina y masculina
La
esterilización femenina consiste generalmente en el cierre o ligadura de las
trompas de Falopio. Actualmente esa cirugía se realiza mediante el laparoscopio.
Hay algo más drástico todavía, la histerectomía o extirpación del útero. Tampoco
faltan experimentos con métodos no quirúrgicos de esterilización, o sea, métodos
químicos.
La
esterilización masculina suele realizarse mediante la vasectomía, es decir, la
resección de los canales deferentes y sucesiva ligadura. Así se impide a los
espermatozoides salir de los testículos.
c.
Esterilización voluntaria y coactiva
La esterilización voluntaria es aquella que se realiza a
petición del interesado/a o con su consentimiento. Aunque muchas veces el
"consentimiento" no es verdadero, debido a las presiones y los engaños por parte
de instituciones y gobiernos que promueven el control demográfico.
La
esterilización coactiva (o también forzosa) es la que el Estado u otras
instituciones públicas, por motivos antiprocreativos, les imponen a las personas
sin su consentimiento o sin su conocimiento8 -- ya sea este
conocimiento totalmente inexistente o un conocimiento inadecuado acerca de lo
que de verdad se está proponiendo -- usualmente producto del engaño o de una
información defectuosa impartida deliberadamente. La esterilización coactiva
también puede darse, y de hecho se da, cuando el Estado y otras instituciones de
corte eugenésico o de control demográfico utilizan las presiones sociales o, en
el caso de las personas en extrema pobreza, los "incentivos" económicos,
laborales o alimenticios para hacer que las personas "acepten" que se les
practique la esterilización.
No pocas veces
la esterilización coactiva se promueve por motivos eugenésicos, es decir, con el
fin de evitar la transmisión de problemas hereditarios9 para así
"mejorar" la calidad de las personas, según alegan (falsamente) sus promotores.
En ese caso se llama esterilización coactiva eugenésica. Pero la
historia ha demostrado, y todavía demuestra, que los que promueven la
esterilización por este motivo en realidad lo hacen guiados por ideas racistas o
prepotentes, es decir, con el fin de promover una "raza superior" (usualmente la
de ellos mismos). También les motiva muchas veces el poder económico o
político.
En muchas otras
ocasiones, la esterilización coactiva se promueve para controlar la población,
en cuyo caso se llama esterilización coactiva con fines
demográficos10. Sin embargo, en la práctica, este motivo
está muy unido al eugenésico, por cuanto los gobiernos e instituciones que
promueven el control demográfico, aunque alegan (falsamente) que buscan
"eliminar" la pobreza y "mejorar" la salud, en realidad lo que están buscando es
eliminar a los pobres y
enfermos -- a quienes consideran "inferiores" o una amenaza para su
propio bienestar. Enfaticemos una vez más que la esterilización directa no está
justificada nunca y por ningún motivo.
Fuente: 1. José A.
Guillamón, El problema moral de la
esterilización (Madrid: Libros MC, 1988), 9. 2. Ibíd., 11. 3-4. Ibíd., 9.
5. Ibíd., 9-10. 6. Ibíd., 17. 7. Ibíd., 10., 8. Ibíd., 12., 9. Ibíd., 13. 10.
Ibíd., 14-15.
Fuente:
www.vidahumana.org