El
declive de las familias con un padre y una madre
Mientras se redefine la
paternidad, los hijos pasan a un segundo plano
Por
el P. John Flynn
Las
estructuras familiares y el papel de los progenitores están quedando redefinidos
dejando de prestar la suficiente atención a las necesidades de los hijos. Esta
es la advertencia de un informe publicado recientemente, en el que se describen
las tendencias mundiales en la legislación familiar y en la tecnología
reproductiva.
«The
Revolution in Parenthood: The Emerging Global Clash Between Adult Rights and
Children’s Needs» («Revolución en la paternidad: el emergente choque global
entre los derechos de los adultos y las necesidades de los hijos) ha sido
publicado por la Commission in Parenthood’s Future.
La comisión
«es una organización independiente y no política de expertos y líderes», activos
en el área de la familia, según una nota de prensa de la página web del
Institute for American Values. El instituto, con sede en Nueva York, es una de
las organizaciones que están detrás de la comisión.
La autora
del informe es Elizabeth Marquardt, miembro de la comisión y autora del libro
«Between Two Worlds: The Inner Lives of Children of Divorce» («Entre dos mundos:
las vidas íntimas de los hijos del divorcio»). El informe registra que las
tendencias mundiales en la legislación y en las tecnologías reproductivas están
redefiniendo la paternidad de forma que se piensa antes en el interés de los
adultos que en las necesidades de los hijos.
«El modelo
de paternidad de dos personas, padre y madre», indica, «se está cambiando para
adecuarse a los derechos de los adultos en vez de a las necesidades de los hijos
a conocer a sus padres y ser criados, en la medida de lo posible, por una madre
y un padre».
La
revolución en la paternidad descrita en la publicación comprende varios temas:
altos índices de divorcio; niños criados por un solo progenitor; el uso
creciente de óvulos y esperma de donantes; el apoyo al matrimonio del mismo
sexo; y las propuestas de permitir que los niños concebidos usando esperma y
óvulos de donantes tengan tres progenitores legales
Una
revolución legal
El informe
da algunos ejemplos de los cambios legales de gran envergadura en la familia,
introducidos con frecuencia sin un profundo debate:
--En Canadá,
la ley que permitió el matrimonio del mismo sexo también incluía una disposición
que eliminaba el término «padre natural» de la ley federal, reemplazándolo por
«padre legal». Con dicha ley, el lugar donde se define quiénes son los padres de
un niño ha pasado de forma precipitada de la sociedad civil al estado, con
consecuencias todavía por conocer.
--En España,
poco después de la legalización de los matrimonios del mismo sexo, el gobierno
cambió el formato de los certificados de nacimiento de todos los niños. En el
futuro se leerá «progenitor A» y «progenitor B» en lugar de «padre» y
«madre».
--En las
directrices de la India para la tecnología de reproducción asistida, publicadas
en junio del 2005, establecen que un niño nacido por medio del uso de esperma u
óvulos donados no tendrá ningún derecho a saber la identidad de los padres
genéticos.
También
existe presión para otros cambios más radicales.
--En Nueva
Zelanda y Australia, las comisiones legales han propuesto permitir que los niños
concebidos con el uso de esperma y óvulos de donantes tengan tres padres
legales. Las propuestas no logran explicar qué sucedería si los tres padres
rompen y litigan sobre el niño.
--Aumenta el
apoyo de las influyentes comisiones legales y de catedráticos de derecho en
Canadá y Estados Unidos para que se legalicen los acuerdos matrimoniales en
grupo como la poligamia y el poliamor, que implica relaciones íntimas con tres o
más personas.
--En
Irlanda, una comisión sobre reproducción humana ha propuesto que las parejas que
encarguen un hijo a través de una madre de alquiler deberían ser automáticamente
los padres legales del niño, dejando a la mujer que entrega el bebé sin ninguna
protección legal por si cambiara de idea.
Francia es
el uno de los pocos países que resisten las acometidas para cambiar la
legislación familiar. Un informe parlamentario sobre la familia y los derechos
de los hijos, publicado el pasado enero, indicaba que «el deseo de un hijo
parece haberse convertido en el derecho a un hijo».
El informe
francés también recomendaba no legalizar el matrimonio del mismo sexo. Entre las
razones que daba estaba la preocupación por la identidad y el desarrollo de los
hijos cuando la ley crea una situación en la que hay «dos padres o dos madres» –
lo que biológicamente ni es real ni plausible». El informe parlamentario
insistía en la necesidad de una justificación médica para la procreación
asistida, y que debería permanecer la prohibición de la maternidad de
alquiler.
Los adultos
primero
En
«Revolution in Parenthood», Marquardt explica que los cambios en las estructuras
paternales y familiares están llevando a un enfrentamiento entre los intereses
de los hijos y los intereses de los padres. «Esta redefinición», advierte, «pone
hincapié cada vez más en los derechos de los adultos a los hijos en vez de en la
necesidad de los hijos a saber y a ser criados, en la manera de lo posible, por
una madre y un padre».
«Una buena
sociedad protege los intereses de sus ciudadanos más vulnerables, especialmente
de los hijos», sostiene el informe de Marquardt. Pero la base misma de la
institución se está redefiniendo de forma fundamental, con frecuencia de una
forma que se orienta primariamente a los derechos de los
adultos».
El hilo
común en muchos de los cambios es alegado «derecho a un hijo». El deseo de un
hijo es de hecho «una fuerza poderosa sentida en lo profundo del alma», admite
Marquardt, y la incapacidad de tener un hijo propio suele sentirse como una
enorme pérdida. «Pero», añade, «los derechos y necesidades de los adultos que
desean tener hijos no son la única cara de la historia».
La adopción
siempre ha estado al alcance de los padres que no podían tener hijos. Pero el
uso de los métodos de reproducción asistida ha transformado la situación
llevando a la separación deliberada de los hijos de sus madres y padres
biológicos. La biología, obviamente, no lo es todo, observa el informe, pero al
mismo tiempo importa.
Las
estructuras familiares son también cruciales para los niños. Los estudios sobre
las vidas de los hijos del divorcio muestran las consecuencias negativas para
ellos, no consideradas suficientemente cuando se introdujo el divorcio
libre.
La primera
generación de niños concebidos gracias a donantes está alcanzando ahora la edad
adulta. Fueron concebidos por parejas heterosexuales casadas usando esperma de
donantes. Marquardt cita algunos casos de niños que ahora hablan del poderoso
impacto en su identidad cuando los adultos conciben a propósito un niño con la
clara intención de separar a ese niño de su padre biológico. Los jóvenes suelen
decir que se les negó el derecho a conocer a sus padres
biológicos.
De hecho,
muchos de estos adolescentes y adultos están formando ahora organizaciones y
usando internet para intentar contactar con los donantes de esperma y encontrar
a sus medio hermanos concebidos con el mismo esperma.
Consentimiento
Un tema
surgido de los hijos de donantes es que, en los procedimientos de tecnología
reproductiva que intencionalmente separan a los hijos de uno o ambos padres
biológicos, no se obtiene el consentimiento informado de la parte más
vulnerable, el niño.
«Revolution
in Parenthood» observa que en las últimas décadas ha surgido un fuerte consenso
entre los científicos sociales sobre los beneficios del matrimonio para los
hijos. La actual redefinición de paternidad, dice el informe, está reformando la
cultura y los sistemas legales «de forma que llevan a incertidumbres más
profundas sobre el significado de la paternidad y de la
maternidad».
Por ejemplo,
en Estados Unidos, al menos 10 estados permiten que a una persona, sin relación
biológica o de adopción, y sin relación marital con ninguno de los progenitores
del niño, se le den derechos y responsabilidades parentales como si fuera un padre psicológico
o un padre de hecho.
«En la ley y
la cultura, el modelo natural de dos padres, el modelo padre-madre está cayendo,
reemplazado por la idea de que los hijos están muy bien con cualquier adulto al
que llamen padre, mientras este sea una persona agradable», comenta el
informe.
Estos
cambios tendrán consecuencias de gran envergadura para la familia, los niños y
la sociedad. «Aquellos de nosotros que estamos preocupados», concluye el
informe, «podemos y debemos suscitar y llevar adelante un debate sobre las vidas
de los hijos y el futuro de la paternidad».
Fuente: ZENIT.org, 8 octubre
2006