NOTIVIDA, Año IV, nº 197, 8 de enero de
2004
San Luis, Argentina ES HORA DE DEFENDER EL DERECHO A LA
VIDA
En un mensaje difundido
hoy, el Obispo de San Luis, Mons. Jorge Lona, ratificó la posición de la Iglesia
respecto al “horrendo crimen del
aborto”,
rechazó las expresiones favorables al aborto de la Dra. Carmen Argibay
-candidata a integrar la Corte Suprema de Justicia-, y denunció la misión para
la que ha sido propuesta: “modificar la
letra o el sentido de la Constitución Nacional, haciendo posible la
legalización del aborto en la Argentina”. Tras recordar que todavía no ha vencido el plazo para
impugnar la candidatura de la Dra. Argibay, Mons. Lona instó a “defender el
primero de los derechos humanos: el derecho a la vida” en esta hora que es “de
los laicos, de los católicos y de todos los hombres y mujeres de buena
voluntad”. Transcribimos a continuación el texto completo del mensaje: No caben dudas sobre la
posición de la Iglesia ante el aborto como “derecho de la mujer a decidir
sobre su propio cuerpo” Hace menos de dos meses -el 15 de noviembre de 2003-
los Obispos de la Argentina reunidos en Asamblea Plenaria emitieron una
importante declaración sobre la familia, en donde expresaron categóricamente su
preocupación por “la existencia de proyectos de ley que pretenden legalizar el
horrendo crimen del aborto”. El aborto voluntariamente procurado es un
crimen, porque nadie –ni mujer ni varón- puede tener derecho a darle muerte
al niño aun no nacido, el ser humano más inocente que se pueda imaginar, y tan
indefenso que ni siquiera puede llorar implorando por su vida, como recuerda
Juan Pablo II. (Evangelio de la vida”, Nº 58). El aborto no es una decisión sobre el “propio
cuerpo”, sino una decisión mortífera sobre el cuerpo de otro ser humano.
Los avances de la ciencia moderna han superado cualquier duda al respecto. Desde
que en la concepción se unen el óvulo y el espermatozoide, queda constituido el
patrimonio genético que define la identidad personal del nuevo ser
humano. Nuestra Constitución Nacional afirma el derecho del niño a la vida
“desde el momento de su concepción”. A partir de este fundamento natural y jurídico ¿cómo
puede comprenderse la opinión públicamente manifestada por la Dra. Carmen
Argibay, favorable al aborto porque corresponde al “derecho de la mujer a
decidir sobre su propio cuerpo”?. Sólo puede comprenderse como una posición personal,
que interpreta la misión para la cual ha sido propuesta -integrar la Suprema
Corte de Justicia de la Nación- como un mandato moral para modificar la letra o
el sentido de la Constitución Nacional, haciendo posible la legalización del
aborto en la Argentina. Es loable que la definición haya sido tan clara y
abierta, y la postura al respecto de los Obispos argentinos, en comunión con el
Papa Juan Pablo II, no se ha modificado en lo mas mínimo en estos últimos dos
meses: legalizar el aborto significa legalizar un “horrendo
crimen”. Nos hallamos dentro del plazo estipulado para que los
ciudadanos, las organizaciones no gubernamentales y las asociaciones
profesionales presenten objeciones a la candidatura de la Dra. Argibay ante el
Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos. Es la hora de los laicos, de los católicos y de todos
los hombres y mujeres de buena voluntad dispuestos a defender el primero de los
derechos humanos: el derecho a la vida. +Mons. Jorge Luis
Lona Obispo de San
Luis San Luis, 8 de Enero de 2004. ______________________________________ NOTIVIDA,
Año IV, nº
197, 8 de enero de 2004 Editores:
P. Juan C. Sanahuja y Mónica del Río Página web
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