NOTIVIDA, Año V, nº 330, 13 de diciembre de 2005

Mendoza, Argentina

EL SENADO DE MENDOZA INSTÓ A RECHAZAR EL CEDAW

Siguiendo los pasos de Misiones, Salta y San Juan el senado mendocino emitió una declaración exhortando a los senadores nacionales a rechazar el CEDAW

El 6 de diciembre el senado mendocino declaró que vería con agrado que el Congreso de la Nación Argentina  no ratifique el Protocolo Facultativo del CEDAW (Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer), ya que el mismo implica una renuncia a la soberanía y deja abierta la posibilidad de que deban dictarse leyes, que impliquen entre otras, la violación del derecho a la vida de las personas por nacer, en cumplimiento de los compromisos que asumiría la República en el caso de adherirse al mismo”.

La iniciativa, del demócrata Mario Casteller (exp nº 49946/05), había tropezado con la resistencia abortista en la comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales, que en el dictamen de mayoría aconsejó el archivo del expediente. No obstante en el recinto, con el apoyo de su bloque y de varios justicialistas, tras un acalorado debate que giró en torno al tema del aborto, Casteller logró que el expediente fuera aprobado.

Al fundamentar su proyecto Casteller recordó que "la Conferencia Episcopal Argentina dijo que ratificar el Protocolo, implicaría una renuncia a la soberanía, y dejaría la brecha abierta a la futura aprobación del aborto". “El país renunciaría a su soberanía jurídica, porque se obligaría a acatar los dictados del Comité de seguimiento de la Convención, mientras que el aborto podría legalizarse por decisión de los organismos internacionales”. El legislador recordó también que el Protocolo es opcional y que Argentina no está obligada a ratificarlo aunque sea estado parte de la Convención. 

Por su parte, el senador Roberto Ajo (PD) señaló que el tema no admite posturas intermedias: “se está a favor o en contra del aborto”, e instó a dejar de lado eufemismos hipócritas que esconden el aborto en los “derechos de la mujer”.

Desde el bloque justicialista defendieron la vida, entre otros: Mónica Piris, Mirella Díaz Briceño, Alicia Zapata, Juan Carlos Navarro y Arturo Ahumada. Este último de modo elocuente y crítico.

Ahumada señaló que el Comité del CEDAW promueve el aborto, lo que se contrapone con la Constitución Nacional. Vamos a terminar como en EEUU –dijo Ahumada- con luminosas clínicas donde se le introducen pinzas a las embarazadas para apretar la cabeza de los niños por nacer. Ahumada recordó también que tiene esposa, hijas y nietas y que jamás necesitó de leyes que inhiban actos violentos o conductas discriminatorias contra la mujer, ya que basta la connaturalidad de un comportamiento humano. 

La cultura de la muerte tuvo como portavoz a la radical Graciela Herranz que intentó el archivo del expediente. Herranz habló de los “derechos de la mujer”,  tildó de medioevales a quienes defienden la vida y mencionó peyorativamente a “los islotes culturales de los monasterios”; rematando su discurso con una expresión de la filósofa feminista y militante abortista Diana Maffia: “si los hombres pudieran engendrar, el aborto sería un sacramento”. FIN

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NOTIVIDA, Año V, nº 330, 13 de diciembre de 2005

Editores: Pbro. Dr. Juan C. Sanahuja y Lic Mónica de Río

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