NOTIVIDA, Año IX,
Nº 628, 31
de octubre de 2009 UNA RESPUESTA
OBLIGADA No respondemos
ofensas personales pero no podemos actuar del mismo modo cuando se burlan de
nuestros suscriptores; infinitamente más grave sería callar cuando se agravia a
Cristo. Intentando
descalificar a los que se oponen a la legalización del “matrimonio homosexual”,
Página 12 describió nuestra última alerta
como una cadena de mails “con sabor a hostia y color
a misa de domingo en latín”, entre otras burdas befas. Muchos suscriptores, de distintas confesiones, nos
han manifestado su repudio a la mencionada nota.
Hacemos propias
las reflexiones del Dr. Mario Caponnetto(*) sobre la nota de Horacio
Cecchi titulada Un derecho en debate, que publicamos a continuación: El diablo y los
pobres diablos Sartre, el
sumo pontífice del ateismo contemporáneo, escribió en El ser y la nada: “no hay esencias
porque no hay Dios que las conciba”. No se puede pedir mayor coherencia. Si Dios
no existe nada es, propiamente; es decir, nada hay que tenga una mínima
consistencia. Por eso, siguiendo esta línea argumental, tampoco hay naturaleza.
Por qué, ¿qué es la naturaleza? Simplemente el modo, el peso, la medida del ser
y de actuar de cada cosa. ¿Qué queda
entonces tras esta negación? Sólo el hombre como pasión inútil y una libertad
absoluta que no le sirve para otra cosa que encaminarse, cuanto antes, a la
muerte y, en el mientras tanto, construirse, desconstruirse y reconstruirse a su
antojo. Hasta aquí Sartre (y con él la posmodernidad) más o menos. En las
antípodas, la filosofía del ser, afirma que hay Dios, hay esencias, hay
naturalezas y hay fines en las cosas. Esta filosofía tiene veinticinco siglos,
dato histórico que muchos parecen olvidar a la hora de identificarla, sin más,
con el Catolicismo, Si llevamos
este debate profundo al plano de la sexualidad humana, se abren dos posiciones y
sólo dos: o bien se afirma que hay una naturaleza humana, que es sexuada,
femenina y masculina, y que el fin de ella es la unión de los sexos en orden al
amor humano y la subsistencia de En estos
días, ha comenzado en el Parlamento Argentino el debate sobre una ley que
consagre el matrimonio homosexual. Pero los defensores de esta alternativa no
tienen ni, de lejos, la coherencia de Sartre. Tal el caso del periodista Horacio
Cecchi que en Página 12, del 29 del
corriente, escribe un artículo, torpe y lamentable, que desnuda hasta el fondo
la incurable pobreza intelectual de nuestra llamada “progresía”. ¡Cómo se
burlaría Sartre de estos, sus lejanísimos e ignotos sudacas “epigonetes” (según
la célebre expresión del inolvidable Alberini) detrás de sus lentes de miope y
las volutas de su pipa! La cuestión
Pero, ¿hay
algo más? Sí, señor, lo hay. Es el odio a Dios y el odio al Catolicismo que
aflora por todas partes. Porque esta empresa contra el Orden El hombre
sabio no se sienta en el consejo de los necios, dice Fiel a su
necedad proverbial disfrazada de sense of
humor de baja calidad rioplatense, el infortunado Cecchi concluye su nota
diciendo: “Rachid (se refiere a María Rachid, la titular de Mario Caponnetto _________________________________________ * El autor
es médico, especialista en cardiología y doctor en filosofía.
_________________________________________ NOTIVIDA, Año IX, Nº
628, 31
de octubre de 2009 Editores: Lic. Mónica del Río y Pbro.
Dr. Juan C. Sanahuja Página web http://www.notivida.org Email
notivida@notivida.com.ar Para suscribirse al boletín ingrese
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