NOTIVIDA, Año X, Nº 730, 27 de agosto
de 2010 San Luis,
Argentina San
Luis: LOS NIÑOS SON INJUSTAMENTE DISCRIMINADOS En la solemnidad de San Luis Rey, los obispos puntanos han emitido
una declaración en la que denuncian la injusta discriminación de la que son
objeto los niños y reclaman la urgente defensa de sus
derechos. Les han negado “su derecho natural a tener un papá y una mamá”,
dicen, con la reciente sanción de la “injusta ley” “por la cual las
uniones del mismo sexo han pasado a considerarse idénticas a las uniones
matrimoniales del varón y la mujer”, aprobada por “una escasa mayoría de
legisladores argentinos -mayoría obtenida a través de intensas presiones-“. Sus
consecuencias negativas, afirman, “alcanzarán su mayor gravedad en todo el ciclo
escolar”, la nueva planificación inducirá a los niños “a cuestionarse la
identidad sexual de la cual en su inmensa mayoría se sienten naturalmente
seguros”. Manifiestan además que “los activistas que promueven la cultura del
aborto en la Argentina, son los mismos, o están
estrechamente coordinados, con los que promovieron el matrimonio
homosexual”. Tras
reiterar que el derecho a la vida es el primer y fundamental derecho, enfatizan,
“si un
niño indefenso e inocente es asesinado
antes de nacer, sufre la más
terrible e injusta de las discriminaciones”. Destacan que en la “promoción legal del aborto” se invocan
las cifras de mortalidad materna y
se ofrece la “absurda solución” de asesinar a cientos de miles de niños “con cuidados médicos
seguros, legales y gratuitos” para que sus madres no sufran peligro. Mientras
que otros pretenden instalar esa práctica con un mero “trámite burocrático en
que por una interpretación ‘amplia’ del Código Penal, se daría curso a una Guía
Ministerial de máximo
permisivismo abortista”. “No es posible creer, concluyen al respecto, que en sociedades
modernas y desarrolladas no existan posibilidades legales para un trámite de
justa y rápida adopción. Ni tampoco, que se carezca de posibilidades para
brindar a esas madres el apoyo social, económico, psicológico, moral y
espiritual que necesitan, para no ser cómplices de la muerte de sus hijos. Todo
eso es posible. Pero es rechazado por el terrible desprecio discriminatorio hacia el
niño por nacer”. A continuación el texto completo de la
declaración: MENSAJE A TODO EL PUEBLO DE SAN LUIS Y DE LA
PATRIA Por el camino de la injusta
discriminación contra el niño, se propone el asesinato del
niño. Dirigimos este mensaje a todos los fieles católicos, y a todo el
pueblo de San Luis y de la Patria. Nos dirigimos así a los fieles de los cultos
evangélicos, con quienes nos hemos unido ante los mismos desafíos. Nos dirigimos
a los fieles de los restantes cultos, y también a quienes sin profesar ningún
culto, creen en la realidad de la naturaleza humana y en la defensa de sus
derechos. I). Hoy, es urgente defender los
derechos de los niños. Ellos, por su naturaleza humana, tienen como derecho
primero y fundamental el derecho a nacer, el derecho a la vida. Si
eso se les niega, pierden todos los demás derechos. Si un niño indefenso e
inocente es asesinado antes de nacer, sufre la más terrible e injusta
de las discriminaciones. Se le niega
todo. Cuando se rechaza esta verdad, evidente para la inteligencia que
caracteriza a nuestra naturaleza humana, se construye una sociedad
inhumana. Frente a la cultura de la vida, se elige la
cultura de la muerte. Se elige la cultura de la promoción legal del
aborto. Se intenta justificar esa cultura mortífera, invocando el peligro de los
abortos clandestinos. No hay cifras seguras pero se estima que podría llegar a
morir una madre cada cuatro mil abortos clandestinos[1]. Pero la absurda “solución” es asesinar a esos cuatro mil niños,
con cuidados médicos seguros, legales y gratuitos a sus madres, para que no
sufran peligro. Por supuesto, no se utilizará la chocante palabra “asesinar”. Se
dirá que solo se trata de una “interrupción del embarazo”. Pero serán vidas
definitivamente interrumpidas. Otro subterfugio es presentar este tema -no como una cuestión de
vida o muerte en que podrían llegar a alterarse básicos principios
constitucionales- sino como un mero trámite burocrático en que por una
interpretación “amplia” del Código Penal, se daría curso a una Guía
Ministerial de máximo permisivismo abortista. Por ahora, la conciencia del
principal responsable lo ha impedido. No es posible creer que en sociedades modernas y desarrolladas no
existan posibilidades legales para un trámite de justa y rápida adopción. Ni
tampoco, que se carezca de posibilidades para brindar a esas madres el apoyo
social, económico, psicológico, moral y espiritual que necesitan, para no ser
cómplices de la muerte de sus hijos. Todo eso es posible. Pero es rechazado por
el terrible desprecio discriminatorio hacia el niño por
nacer. II). Iniciando el camino de esa
injusta discriminación contra el niño, una escasa mayoría de legisladores
argentinos -mayoría obtenida a través de intensas presiones- ha aprobado una
injusta ley sobre la cual nuestro pueblo no fue consultado en las
plataformas electorales previas, ni tampoco después. Nos referimos a la ley por
la cual las uniones del mismo sexo han pasado a considerarse idénticas a las
uniones matrimoniales del varón y la mujer. Es una ley contraria a la realidad
de la naturaleza humana, que sólo puede realizarse en una verdadera familia, a
través de la diferencia y la complementariedad de la unión entre los dos sexos.
Si no hubiera sido siempre así, habría dejado de existir la especie
humana. Se pretendió que de esa manera se superaba una discriminación,
cuando solo se estaba negando la realidad. Sobre esa base falsa se perpetraron
entonces injustas discriminaciones. Así, se discriminó injustamente al niño, negándole su derecho
natural a tener un papá y una mamá, sostén natural indispensable para que tanto
los varones como las nenas puedan desarrollarse normalmente en su propia
identidad sexual. Las consecuencias negativas de la ley alcanzarán su mayor gravedad
en todo el ciclo escolar, inicial, primario y secundario. Allí se ha planificado
que todos los alumnos se inicien en la llamada “perspectiva de género”, de un
modo que inevitablemente los inducirá a cuestionarse la identidad sexual de la
cual en su inmensa mayoría se sienten naturalmente seguros. Dicha inmensa
mayoría habrá sufrido y sufrirá, entonces, una injusta discriminación. No se
respetarán sus derechos a ser sostenidos en esa natural identidad sexual.
Hoy, los activistas que promueven la cultura del aborto en la
Argentina, son los mismos, o están estrechamente coordinados, con los que
promovieron el matrimonio homosexual, y
procuran extender sus efectos a toda la sociedad en lo educativo y
cultural. Se
trata de un proyecto globalizado, cuyo núcleo central se vincula indudablemente
a sectores de las Naciones Unidas. En nombre de la lucha contra la
discriminación, despliegan la discriminación más activa e injusta contra quienes
creen que Dios es “fuente de toda razón y justicia”, y viven sostenidos por esa
fe. La
Iglesia confía en que Cristo seguirá guiándola e iluminándola, para que
comprenda en la esperanza estos signos de los tiempos, y sin desanimarse nunca
transmita el testimonio de la verdad en el amor, que es su misión. San Luis, 25 de agosto de
2010 Solemnidad de San Luis
Rey +Mons. Jorge Luis Lona Obispo Diócesis de San Luis +Mons. Pedro Daniel
Martínez Obispo Coadjutor Diócesis de San
Luis ____________________ [1]
En un Editorial de “La Nación” (15/08/10), se cita una cifra de 80 muertes cada
460.000 abortos clandestinos, es decir, una muerte cada 5750
abortos _________________________________________ NOTIVIDA, Año X, Nº
730, 27 de agosto de 2010
Editores: Lic. Mónica del Río y Pbro.
Dr. Juan C. Sanahuja Página web: www.notivida.org Email:
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