NOTIVIDA,
Año XI, Nº
750, 5 de marzo de 2011 La Plata,
Argentina NO ALCANZA CON
EXPONER LA VERDAD HAY QUE
IDENTIFICAR Y REFUTAR LOS
ERRORES En su reflexión
de esta semana en el programa “Claves para un Mundo Mejor” Mons. Héctor Aguer, Arzobispo de La Plata,
recordó que el Episcopado Argentino declaró este Año 2011 como el Año de la
Vida y que el pensamiento cristiano exige exponer la verdad y también identificar y refutar los
errores. “No solamente debemos proclamar
el valor de la vida sino que también debemos señalar los peligros que la acechan
y los delitos que pueden cometerse contra ella”. “Algunos piensan que deberíamos buscar otros modos de
comunicar que sean más simpáticos; menos chocantes, presuntamente más
positivos”. “Ante
una situación tan grave se requiere más que nunca el valor de mirar de frente a
la verdad y de llamar a las cosas por su nombre” (.) “¡Llamar a
las cosas por su nombre!”, con el lenguaje del Evangelio. “Cuando es sí, decir sí, y cuando es no,
decir no”. “Así nos enseñó Jesús”, concluyó. “Así
ha procedido A
continuación el texto completo de la alocución televisiva: Esto significa que no solamente debemos proclamar el
valor de la vida sino que también debemos señalar los peligros que la acechan y
los delitos que pueden cometerse contra ella. Es una tradición del pensamiento cristiano que no
solamente hay que exponer la verdad también hay que identificar y refutar los
errores. Por eso hablando de la vida tenemos que pensar también como se ha ido
eclipsando el sentido auténtico de la vida humana. Lo ha señalado nuevamente el Papa Benedicto XVI, el
26 de febrero pasado, en un discurso a Es necesario, entonces, tener una clara conciencia de
lo que significa el aborto, la eutanasia, la desnutrición infantil, la miseria
en la que se ven hundidas tantas familias, las condiciones serviles de trabajo,
el abandono y la angustia de la mujer embarazada que ha quedado sola, y tantas
otras circunstancias terribles que amenazan la vida o vulneran la dignidad de la
persona humana. Hoy quisiera decirles algo acerca del aborto porque
pareciera que no es “políticamente correcto” usar este nombre y señalar la
gravedad de su malicia. Algunos piensan que deberíamos buscar otros modos de
comunicar que sean más simpáticos; menos chocantes, presuntamente más
positivos. Por eso, me parece oportuno recordar lo que el
Magisterio de Dice el texto: “Entre todos los delitos que el hombre
puede cometer contra la vida el aborto procurado presenta características que lo
hacen particularmente grave e ignominioso. El Concilio Vaticano II lo define
junto con el infanticidio como crímenes nefandos. Hoy, sin embargo –sigue diciendo Juan Pablo II-, la
percepción de su gravedad se ha ido debilitando progresivamente en la conciencia
de muchos. La aceptación del aborto en la mentalidad, en las costumbres y en la
misma ley es señal evidente de una peligrosísima crisis del sentido moral que es
cada vez más incapaz de distinguir entre el bien y el mal, incluso cuando está
en juego el derecho fundamental a la vida. Ante una situación tan grave se requiere más que
nunca el valor de mirar de frente a la verdad y de llamar a las cosas por su
nombre sin ceder a compromisos de conveniencia o a la tentación de autoengaño. A
este propósito resuena categórico el reproche del Profeta: “ay los que llaman al
mal bien y al bien mal, que dan oscuridad por luz y luz por
oscuridad!”. Precisamente en el caso del aborto se percibe la
difusión de una terminología ambigua como la de “interrupción del embarazo” que
tiende a ocultar su verdadera naturaleza y a atenuar su gravedad en la opinión
pública. Quizás este mismo fenómeno lingüístico sea síntoma de un malestar de
las conciencias pero ninguna palabra puede cambiar la realidad de las cosas. El
aborto procurado es la eliminación deliberada y directa, como quiera que se
realice, de un ser humano en la fase inicial de su existencia, que va de la
concepción al nacimiento (Evangelium Vital, 58). ¡Llamar a las cosas por su nombre!, dice el Papa. Es
el lenguaje del Evangelio. Cuando es sí, decir sí, y cuando es no, decir
no.
Así nos enseñó Jesús. Así ha procedido _____________________________________ NOTIVIDA, Año
XI, Nº
750, 5
de marzo de 2011 Editores: Lic.
Mónica del Río y Pbro. Dr. Juan C. Sanahuja Página web: http://www.notivida.org Email:
notivida@notivida.com.ar Para suscribirse
al boletín ingrese
aquí ______________________________________ Citando la
fuente y el autor, se autoriza la reproducción total o parcial de los artículos
contenidos en cada número del
boletín. |