Apostemos siempre por la vida
“En estos días previos a la Pascua, en los que una vez más celebraremos
el triunfo de Cristo, quien al resucitar vence la muerte y nos devuelve la vida
para que la tengamos en abundancia, nos dirigimos a todos los argentinos para
reafirmar:
“1. La
defensa de los derechos humanos fundamentales debe ser preocupación de todos los
ciudadanos. El primero de ellos es precisamente el derecho a la vida, que debe
ser protegida desde la concepción hasta la muerte natural. En cuanto ciudadanos
y en cuanto cristianos, nos sentimos urgidos a dar testimonio de esta
verdad.
“2. La
ciencia nos enseña que la concepción genera una nueva vida humana con su propio
código genético, distinto al de los padres. Si hay código genético distinto, hay
una vida humana distinta que tiene la misma dignidad que la de sus progenitores.
La creatura humana que se desarrolla en el seno de la madre no es una parte de
su cuerpo, de la cual pueda disponer a voluntad. Cortar ese proceso natural por
medio del aborto equivale a destruir una vida cuyo desarrollo es autónomo,
continuo y progresivo. Por lo tanto su destrucción voluntaria constituye un
crimen.
“3. La ley
argentina, que establece las pautas básicas de convivencia entre los ciudadanos,
fundamenta con claridad la defensa de la vida y considera al aborto un delito.
Nuestro ordenamiento jurídico establece también las responsabilidades
correspondientes.
“4. Los
argumentos esgrimidos para legalizar el aborto reflejan los lineamientos
neocolonialistas que algunos organismos internacionales intentan imponer a
nuestro país y a toda América Latina. No podemos dejar de pensar en el célebre
“Informe Kissinger”, que ya en la década de 1970 advertía sobre las
“consecuencias del crecimiento mundial de la población para la seguridad de los
Estados Unidos y sus intereses de ultramar”. Por lo demás, nuestro compromiso a
favor de los derechos de la mujer no puede depender de acuerdos o
recomendaciones que pretenden garantizar la práctica del aborto como un servicio
público. A este propósito advertimos particularmente a nuestros legisladores
sobre el peligro de dependencia cultural que entrañaría la inminente
ratificación del Protocolo Facultativo de la CEDAW (1).
“Invitamos
a todos a no dejarse engañar por argumentaciones y estadísticas nunca
comprobadas que respaldan las tendencias abortistas. La muerte provocada no
puede ser camino de solución para nuestros problemas.
“Defendamos la vida,
cuidemos la vida, apostemos siempre por la vida.
Buenos
Aires, 15 de marzo de 2005, 140ª Reunión de la Comisión Permanente del
Episcopado
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(1) CEDAW,
“Comité sobre la eliminación de toda forma de discriminación contra la mujer”
(...). “El Comité recomienda que el Estado garantice el acceso a los servicios
de aborto en los hospitales públicos”
(recomendaciones en el informe anual de 1998 hechas a algunos de los
países miembros).