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ANTE LA APROBACIÓN  DEL PROTOCOLO DE LA CEDAW

13 de Diciembre de 2006

         Los Obispos de la Comisión Permanente, reunidos en la última sesión del año, ante el hecho de la reciente ratificación por parte de nuestro país del “Protocolo Facultativo de la Convención para la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer” (CEDAW), queremos hacer público nuestro desacuerdo con el paso innecesario que nuestros legisladores han dado y que compromete la soberanía jurídica de la Argentina.

Esta preocupación nos llevó a exponer reiteradamente las razones por las que no era necesario ni conveniente ratificar el mencionado Protocolo. Nuestra voz y nuestros aportes, lejos de afectar la legítima promoción de la mujer, intentan tutelarla y asegurarla. Lamentamos no haber sido escuchados, y que el voto de los legisladores no haya sido precedido de un debate maduro y sereno, exento de presiones ideológicas.

El propósito laudable de luchar contra toda discriminación que afecte a la dignidad y derechos de la mujer, no puede servir de cobertura para promover cambios negativos en la cultura de nuestro pueblo, en contra de valores fundamentales que son apreciados por la inmensa mayoría de los argentinos. Nos referimos concretamente a la defensa de la vida humana desde la concepción; a la familia fundada en el matrimonio, entendido como unión estable del varón y la mujer; a la maternidad, que expresa una vocación propia e insustituible de la mujer en la sociedad.

Nuestra inquietud se basa en la autoridad legal que el Protocolo de la CEDAW otorga a un Comité internacional con capacidad de recibir denuncias y hacer recomendaciones a los países signatarios, en orden a que se introduzcan cambios en sus leyes y costumbres. Este peligro, que el Episcopado Argentino ya había denunciado en varias oportunidades, no es sólo una posibilidad. Hemos comprobado, en efecto, que se han hecho realidad recomendaciones del Comité a diversos países en favor de la legalización del aborto y en contra de la objeción de conciencia de los profesionales de la salud. Ese organismo también ha considerado la maternidad como un estereotipo cultural y ha llegado incluso a recomendar la supresión del “Día de la Madre” y de aquellas políticas de Estado que protejan el embarazo y la maternidad.

Presentamos esta reflexión a nuestro pueblo y sus autoridades con la esperanza de que la identidad cultural de la Argentina y la exigencia moral de los valores en juego no se vean comprometidos por las consecuencias que otros países han experimentado.

En la proximidad de la Navidad, fiesta del nacimiento del Redentor del hombre, invocamos la protección de nuestra Madre, la Virgen de Luján, para que acompañe el camino de nuestra Patria.

  145º Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Argentina