PONTIFICIO CONSEJO PARA
LA FAMILIA
DECLARACIÓN SOBRE LA DISMINUCIÓN DE LA FECUNDIDAD EN EL
MUNDO - 27/2/1998
La atención a la evolución
demográfica
Conforme al mandato que ha recibido, el
Consejo pontificio para la familia, sigue de cerca la evolución demográfica de
los diferentes países del mundo 1 . Con esta finalidad, el Consejo ya ha
convocado muchas veces a expertos de renombre internacional. Diferentes
reuniones han permitido examinar, más en particular, la situación propia de cada
continente. Así, la situación de América fue objeto de un congreso en México,
celebrado del 21 al 23 de abril de 1993 2 . La de Asia y Oceanía se estudió
durante un coloquio en Taipei, que tuvo lugar del 18 al 20 de septiembre de 1995
3 . La diversidad de la evolución demográfica de los países de Europa se examinó
en Roma, del 17 al 19 de octubre de 1996 4 . El Consejo pontificio para la
familia prepara actualmente una reunión dedicada a la situación de los países de
África.
Al mismo tiempo, el Consejo pontificio
para la familia sigue con atención e interés los trabajos de los centros de
investigación que se dedican a las cuestiones demográficas. Entre estos centros,
figura la División de la población dentro del Consejo económico y social de las
Naciones Unidas. Del 4 al 6 de noviembre de 1997, este prestigioso organismo
reunió a catorce expertos de renombre internacional con vistas a estudiar la
disminución de la fecundidad a escala mundial, en su importancia actual, sus
causas y sus consecuencias. Estos expertos no pudieron menos de confirmar lo que
todos los datos demográficos indicaban desde hacía ya muchos años, a saber, que
la disminución de la fecundidad, que desde hace veinte años afectaba a la
mayoría de los países desarrollados industrialmente -Europa del norte y del
oeste, Canadá, Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda-, se extiende
ahora a un número creciente de países en vías de desarrollo, en Europa del sur y
del este, en Asia y en el Caribe, y ha causado, en 51 países, que representan el
44% de la población mundial, una disminución de la tasa de fecundidad (total
fertility rate o TFR) por debajo del "umbral de reemplazo" de las generaciones.
Como notaba uno de esos expertos a propósito del carácter continuo de esos
decrecimientos desde 1975, en algunos países que ya entonces presentaban una
escasa fecundidad: "Una vez que la transición de la fecundidad ha comenzado, su
decrecimiento continúa de manera invariable" 5 .
Una versión global y
errónea
Desde hace demasiado tiempo, la mayoría
de los estudios sobre la población difunden una versión global y errónea, según
la cual el mundo sería prisionero de un crecimiento demográfico "exponencial", o
sea, "galopante", que llevaría a una "explosión demográfica". El Consejo
pontificio para la familia, que en una de sus publicaciones 6 había mostrado la
inconsistencia de esa versión, se alegra de constatar que, incluso en ciertos
organismos de las Naciones Unidas, comienza a reconocerse la verdad de los datos
demográficos. En efecto, al cabo de una treintena de años, las conferencias
patrocinadas por esa Organización han tenido por efecto despertar inquietudes
infundadas sobre las cuestiones demográficas, particularmente en los países del
sur. Basándose en estos datos alarmistas, diferentes organismos de las Naciones
Unidas han invertido, y siguen invirtiendo, considerables medios financieros,
con la finalidad de obligar a numerosos países a adoptar políticas maltusianas.
Es un hecho
probado que esos programas, supervisados siempre desde el extranjero, contienen
habitualmente medidas coercitivas de control de la natalidad. De igual modo, la
ayuda al desarrollo está regularmente condicionada a la aplicación de programas
de control de la población, que incluyen la esterilización, forzada o realizada
sin que las víctimas lo sepan. Por otra parte, estas acciones maltusianas son
asumidas y ampliadas por los gobiernos nacionales con la colaboración de
organizaciones no gubernamentales (ONG), entre las cuales, la más conocida es la
Federación internacional de la planificación de la familia
(IPPF).
En los países pobres, las primeras
víctimas de esos programas son las poblaciones inocentes e
indefensas.
Se las
engaña deliberadamente, impulsándolas a aceptar su mutilación bajo el pretexto
falso de que se trata de la condición previa para su
desarrollo.
Envejecimiento de las poblaciones y de
crecimiento demográfico
Esas políticas desastrosas están en total
contradicción con la evolución demográfica real, tal como muestran las
estadísticas y se deduce del análisis de los datos. Desde hace treinta años, la
tasa de crecimiento de la población mundial no deja de disminuir a un ritmo
regular y significativo. Ahora, después de haber registrado una disminución
impresionante de su fecundidad, 51 países del mundo (entre 185) ya no logran
reemplazar a sus generaciones. Precisemos que estos 51 países representan el 44%
de la población del planeta. Dicho de otro modo, el índice sintético de
fecundidad de esos países, es decir, el número de niños por mujer, es inferior a
2,1.
Es sabido
que, en dicho índice, a esta altura se sitúa el nivel mínimo indispensable para
la renovación de las generaciones en los países que cuentan con las mejores
condiciones sanitarias.
Esta situación es igual en casi todos los
continentes. Así, tienen una fecundidad inferior al umbral del reemplazo, en
América: Estados Unidos, Canadá, Cuba y la mayoría de las islas caribeñas; en
Asia: Georgia, Tailandia, China, Japón y Corea del sur; en Oceanía: Australia; y
casi la totalidad de los cuarenta países de Europa. En este último continente,
la gravedad de los efectos del envejecimiento lleva ahora a la despoblación, con
un número de muertes superior al de los nacimientos. Este saldo negativo ya es
un hecho en trece países como Estonia, Letonia, Alemania, Bielorrusia, Bulgaria,
Hungría, Rusia, España e Italia.
Esta disminución de la fecundidad, más
allá del envejecimiento de las poblaciones que implica, plantea en numerosos
territorios, una cuestión particularmente angustiosa: el decrecimiento
demográfico, con todos los efectos negativos que acarrea inevitablemente. La
perspectiva que se perfila es el aumento del número de países que tienen una
fecundidad inferior al reemplazo de las generaciones. De igual modo, está
comprobado que va a aumentar el número de países en los que la mortalidad es
superior a la natalidad.
La percepción de estas realidades, desde
hace mucho tiempo familiares a los demógrafos atentos, es casi desconocida para
los medios de comunicación social, la opinión pública y quienes tienen el poder
de tomar decisiones. Ha sido prácticamente silenciada en las conferencias
internacionales, como pudo constatarse, por ejemplo, con ocasión de la
Conferencia de El Cairo, en 1994, o la de Pekín, en 1995.
Causas
complejas
Las causas de esta situación totalmente
inédita son, ciertamente, complejas. J. Cl. Chesnais, del Instituto nacional de
estudios demográficos (París), las ha analizado detalladamente durante la
reunión de expertos en demografía en la que se abordó la cuestión 7
.
En todo caso, algunas son fácilmente
identificables. La nupcialidad, en un ambiente que le resulta francamente
desfavorable, ha disminuido mucho; esto quiere decir que las personas se casan
menos que antes.
La edad
media de la maternidad ha aumentado claramente, y sigue aumentando. Las leyes
del trabajo no facilitan el deseo de las mujeres de conciliar armoniosamente
vida familiar y actividad profesional. La ausencia de una verdadera política
familiar, en los países más fuertemente afectados por el decrecimiento
demográfico, hace que las familias prácticamente no puedan tener el número de
hijos que desearían: se estima en 0,6 hijos por mujer la diferencia entre el
número de hijos que las mujeres europeas desean y el número que tienen
efectivamente 8 .
J. Cl. Chesnais concluye su informe sobre
las causas de la disminución de la fertilidad, introduciendo en demografía un
factor que, hasta entonces, había sido completamente descuidado por los
expertos: la relación vivida por las poblaciones entre pesimismo y esperanza.
Según este autor, no podría esperarse un aumento de la fertilidad en los países
donde se da el decrecimiento demográfico sin un cambio previo en el "humor" de
esos países, haciéndolos pasar, del pesimismo actual, a un estado espiritual
comparable con el de la era del baby-boom, durante la reconstrucción que siguió
a la segunda guerra mundial 9 .
Junto a las causas relacionadas con las
condiciones de vida y con determinados reajustes socioculturales en los países
desarrollados industrialmente, influyen directamente en el decrecimiento
demográfico otros factores relacionados con la voluntad del hombre y, por tanto,
con su responsabilidad. Se trata de los medios y las políticas de limitación
voluntaria de los nacimientos. La difusión de las técnicas químicas de
anticoncepción y, frecuentemente, la legalización del aborto, han sido decididas
mientras que, al mismo tiempo, se debilitaban las políticas favorables a la
acogida de la vida.
Desde hace algunos años, a esas causas,
se ha sumado la esterilización de masas ya señalada. Es preciso recordar las
campañas masivas de esterilización masculina y femenina, realizadas en la India
en 1954 y 1976, con todos los escándalos que se produjeron, y que llevaron a la
caída del Gobierno de la señora Gandhi 10 . En Brasil, entre las mujeres que han
utilizado algún método de control de la natalidad, alrededor del 40% de ellas ha
sido esterilizada.
Precisamente durante estos días, los
medios de comunicación nos han informado sobre la campaña de esterilización
llevada a cabo en Perú, el año pasado, con gran publicidad, bajo la dirección
del ministerio de Sanidad, y que acaba de suscitar un movimiento general y
mundial de reprobación 11 . No sólo se habla de "presiones" ejercidas por los
empleados de la sanidad 12 para convencer a las mujeres, en su mayoría
analfabetas y poco o nada informadas sobre el alcance real de su "operación" 13
, a hacerse esterilizar; se admite también que la operación conllevó la pérdida
de vidas humanas. La Iglesia católica, a través de sus obispos, ha exigido un
esclarecimiento 14 . Pero no es la única: un numeroso grupo de parlamentarios ha
exigido que el Congreso peruano examine las esterilizaciones efectuadas (más de
cien mil), para verificar en qué condiciones sanitarias y morales se realizaron.
Esos parlamentarios exigen que se diga toda la verdad sobre las violaciones de
los derechos del hombre que se perpetraron durante dicha campaña gubernamental
15 .
Hacia graves
desequilibrios
De esas causas principales, mencionadas
rápidamente, derivan algunas consecuencias muy
preocupantes.
La
proporción de los jóvenes, en las poblaciones, disminuye fuertemente. Esto
produce una inversión de la pirámide de las edades, con una escasa población de
adultos jóvenes, que son quienes deben asegurar la producción del país y
sostener el peso muerto de una amplia población de personas ancianas inactivas,
que requieren cada vez más cuidados y material médico. En el seno mismo de la
población activa se producen profundos desequilibrios entre los jóvenes activos
y los activos menos jóvenes, que tratan de asegurarse su empleo en detrimento de
las jóvenes generaciones que llegan a un mercado de trabajo
reducido.
No se debería olvidar tampoco el influjo
de una población anciana en el sistema educativo. En efecto, para afrontar el
peso de las personas ancianas, es grande la tentación de recortar los
presupuestos dedicados normalmente a la formación de las nuevas generaciones.
Esta debilitación del sistema educativo encierra, a su vez, un peligro notable:
la pérdida de la memoria colectiva. La transmisión de las conquistas culturales,
científicas, técnicas, artísticas, morales y religiosas queda hipotecada
gravemente. Notemos también que, contrariamente a lo que se divulga, incluso el
desempleo se agrava a causa del decrecimiento demográfico.
Los expertos señalan también algunos
otros aspectos de esta evolución; así, el aumento de la edad media de las
poblaciones influye, lógicamente, en el perfil psicológico de esa población: el
carácter sombrío, la falta de dinamismo intelectual, económico, científico y
social, y la falta de creatividad, que parecen afectar a ciertas naciones "viejas", no
harían sino expresar la estructura de su pirámide
demográfica.
Al mismo tiempo, la proporción de las
personas ancianas que están directamente a cargo de la sociedad aumenta,
mientras que la base productiva de dicha sociedad, fuente de ingresos para las
finanzas públicas, se reduce. Entonces, para garantizar el funcionamiento de los
sistemas de seguridad social (mutualidades, pensiones, reembolso por
prestaciones, etc.), es grande la tentación de recurrir a la eutanasia. Es
conocido que ya se practica en varios países de Europa.
Entre las consecuencias más evidentes de
la disminución de la fecundidad, es necesario mencionar, también los
desequilibrios violentos, previsibles desde ahora, entre países cuyas
poblaciones presentan estructuras muy diferentes por edad. Si, por ejemplo, se
compara la pirámide de las edades, por una parte en países como Francia, España
e Italia y, por otra, en países como Argelia, Marruecos y Turquía, impresiona su
carácter invertido y las dificultades que esta situación acarrea, cuyos
problemas actuales, unidos a la imposibilidad de los países ricos de limitar de
modo efectivo la inmigración clandestina desde los países más pobres, son solo
una prefiguración.
Es urgente que la opinión pública y
quienes tienen el poder de tomar decisiones estén perfectamente informados sobre
esta evolución. Es igualmente urgente rechazar los datos falsos, aducidos
frecuentemente en las presentaciones que ocultan sofismas puramente ideológicos,
por no hablar de las estadísticas falsificadas. En el campo de la demografía,
como en los diferentes campos del saber, los hechos son evidentes y la verdad no
puede ocultarse indefinidamente. Alegra constatar que esta verdad se manifiesta
cada vez con mayor claridad, puesto que la División de la población, de las
Naciones Unidas, no ha dudado en reunir a ese grupo de expertos para
interrogarse sobre la "fecundidad inferior al nivel de reemplazo" (Below
replacement fertility). Nada impide superar las inexactitudes y mentiras que muy
a menudo se aducen con el fin de "justificar" programas, políticas y otras
cosas, totalmente incompatibles con el respeto a los derechos fundamentales del
hombre.
Celebrar al hombre y sus
derechos
A este propósito, ojalá que el
quincuagésimo aniversario de la Declaración universal de derechos del hombre,
reavive la memoria de la comunidad humana. Celebrar esos derechos es celebrar al
hombre. Se trata de una ocasión privilegiada para que esta comunidad ponga en
práctica el respeto a los valores esenciales que ha firmado y sobre los que se
ha comprometido a construir su futuro. Esos valores no deben ser negados por
parte de los Estados, de los organismos internacionales, de los grupos privados
o de los particulares. Son los siguientes: derecho a la vida, derecho a la
integridad física y psicológica, igual dignidad de todos los seres humanos (cf.
artículo 1 ).
Así, pues, el año 1998 brinda a todos los
hombres y a todas las naciones la ocasión de reafirmar con entusiasmo su
adhesión sin reservas a la letra y al espíritu de la Declaración universal de
derechos del hombre, firmada en 1948.
Aquí se requiere una gran vigilancia. La
fidelidad a la Declaración implica que se excluya toda maniobra que, bajo la
cobertura de los así llamados "nuevos derechos", pretenda incorporar el aborto
(cf. artículo 3), atentar contra la integridad física (cf. artículo 3 ) y
destruir a la familia heterosexual y monogámica (cf. artículo 16 ). En este
sentido, se están realizando, actualmente, algunas operaciones solapadas. Tienen
una finalidad nefasta: privar al ser humano de algunos de sus derechos
fundamentales, y someter a los más débiles a nuevas formas de opresión (cf.
artículos 4 y 5 ). Las mentiras de que se alimentan estas tentativas desembocan,
fatalmente, en la violencia y la barbarie, e introducen la cultura de la muerte
16 .
Como ha declarado el Papa Juan Pablo II,
"los derechos del hombre trascienden todo orden constitucional". Estos derechos
son inherentes a cada hombre. No nacen en absoluto de decisiones consensuales, renegociables
continuamente, a merced de las relaciones de fuerza o de los intereses
presentes. La existencia misma de estos derechos, reconocidos y declarados
solemnemente en 1948, de ningún modo depende de las formulaciones más o menos
felices que se encuentran en las constituciones y las leyes (cf. artículo 2, 2
).
Cualquier
constitución, cualquier ley que pretendiera limitar el alcance de estos derechos
declarados o falsear su significado, debería ser denunciada enseguida como
discriminatoria y, según sugiere el Preámbulo de la Declaración, como sospechosa
de fermentos totalitarios.
Sobre la base de esta referencia común a
los valores, defendidos al precio de tantas lágrimas, puede regenerarse el
entramado de las naciones y construirse una ciudad mundial abierta a la "cultura
de la vida". Este ambicioso proyecto no es irrealizable, pero la solidaridad
entre los pueblos, que es a la vez su alimento y su fruto, supone como condición
previa la reafirmación de la solidaridad de las
generaciones.
En consecuencia, el Consejo pontificio
para la familia invita a todos los hombres de buena voluntad y, en particular a
las asociaciones cristianas, a dar a conocer las realidades objetivas de la
evolución demográfica. Los invita a condenar con valentía los programas
maltusianos completamente injustificados y, además, totalmente contrarios a los
derechos del hombre.
_______________
NOTAS
1) Cf.
Consejo pontificio para la familia, Evoluciones demográficas:
dimensiones éticas y pastorales, Ciudad del Vaticano, Librería Editora
Vaticana 1994, ISBN 88-209-1992-3.
2)
Cuestiones demográficas en América Latina en perspectiva del año
internacional de la familia 1994, México, abril de 1993, Ediciones PROVIVE,
ISBN 980-6256-04-2.
3)
International Conference on Demography and the Family in Asia and
Oceania, Taipei, Taiwan, R.O.C., 18-20 de septiembre de 1995, The Franciscan
Gabriel Printing Co. Ltd, diciembre de 1996,
ISBN 957-98831-1-4.
4)
Familia et Vita, año II, n. 1, 1997, pp. 3-137.
5)
«Once the fertility transition begins, further declines follow
invariably», Aminur Khan, Fertility Trends among Low Fertility
Countries, Expert Group Meeting on Below-Replacement Fertility, Population
Division, Department of Economic and Social Affairs, United Nations Secretariat,
UN/POP/BRF/BP/1997/ 1, p. 11.
6) Cf. nota
1.
7) J. Cl.
Chesnais,
Determinants of Below-Replacement Fertility, Expert Group Meeting on
Below-Replacement Fertility, Population Division, Department of Economic and
Social Affairs, United Nations Secretariat, Nueva York, 4-6 de noviembre de
1997, UN/POP/ BRF/BP/1997/2, pp. 3-17.
8)
Ib., p. 12.
9) «La
segunda mitad de este siglo experimentó el declive del puritanismo y la victoria
del materialismo (hedonismo, culto del consumismo, estilo de vida
norteamericano). El siglo que viene podría acentuar los límites de este modelo
(...). La interpretación trivial del "baby-boom" como una respuesta al
crecimiento económico carece de valor. El cambio real y crucial fue el cambio de
mentalidad, del luto a la esperanza. ¿Cómo es posible imaginar semejante
inversión de la tendencia histórica sin un gran impacto?», J. Cl.
Chesnais,
op. cit., pp. 13-14.
10) El
consentimiento de las personas a una intervención quirúrgica hecha en
condiciones carentes de higiene se había obtenido ofreciéndoles productos
alimentarios. El número de estas esterilizaciones «voluntarias» disminuyó en un
90% al año siguiente de la caída del gobierno de la señora Ghandi. J.
H. Leavesley, Update on sterilization, Family Planning
InformationService, vol.1, n. 5, 1980.
11) Como
indica el diario Le Monde, las acusaciones contra la política de los
nacimientos en este país no eran nuevas, «sino que, como hasta ahora provenían
de la Iglesia católica, a la opinión pública ya casi no le llamaba la atención,
atribuyéndolas a la tradicional oposición de la Iglesia a la anticoncepción.
Hoy, sin embargo, precisamente en el seno del tercer congreso nacional de las
mujeres campesinas e indígenas estallan las protestas, reanudadas por el
sindicato campesino, las organizaciones populares de mujeres, las feministas y
los parlamentarios de la oposición». N. Bonnet, La campaña de esterilización
en Perú levanta numerosas críticas. La existencia de presiones ejercidas sobre
las mujeres ha sido denunciada por un diario y muchas organizaciones, y
reconocida por la viceministra de Sanidad, Le Monde, viernes 2 de enero de
1998, p. 3.
12) Como
decía el experto norteamericano Richard Clinton: «Los dispensarios tienen
cuotas mensuales que respetar...». Por eso, cuando llega el fin de mes, so
pena de perder su puesto, los empleados del ministerio de Sanidad se muestran
interesados en «animar» a las mujeres quechuas a pasar «por el dispensario»,
para «vacunar a sus bebés y realizar una pequeña intervención indolora y
gratis...». N. Bonnet, La campaña de esterilización en
Perú...
13) El
diario El Comercio, decidido a conocer la verdad, realizó una vasta
encuesta sobre estas esterilizaciones, en las regiones más pobres del país,
brindando testimonios que confirman que, a cambio de víveres y de atención para
sus hijos, las mujeres se sometieron a la ligadura de sus trompas. El diario
explica que el Estado se ocupa de la intervención quirúrgica, pero, cuando esta
fracasa, se niega a asumir la responsabilidad de las complicaciones y los
fallecimientos. N. Bonnet, La campaña de esterilización en
Perú...
14) Joaquín
Díez Esteban, La campaña de control de la natalidad se cobra cinco
víctimas, Palabra, 1 de febrero de 1998, p. 22.
15)
Ib.
16) Juan
Pablo II, Centesimus annus, 1991, n. 39.